Aseguran que los arrestados sufren apremios ilegales en los vehículos policiales.
La policía chilena está enfrentando un vendaval de críticas tras la dura represión de las protestas estudiantiles de los últimos meses y, en particular, por el asesinato de un adolescente de 16 años la semana pasada, durante una movilización. En una profundización de estos cuestionamientos, la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Lorena Fries, dio ayer una conferencia de prensa para denunciar torturas por parte de Carabineros a manifestantes detenidos.
Fries precisó que la mayor represión se concentra al interior de los vehículos policiales. “Arriba de los buses policiales hay ya un legado histórico que permanece en este país, que es de golpiza y, para hablar más concretamente, apremios ilegítimos o torturas contra las personas detenidas ”, puntualizó.
Desde un principio la familia de Manuel Gutiérrez, el chico que murió de un disparo en la madrugada del 26 de agosto en un suburbio de Santiago, al término de un paro nacional, dijo que le había disparado un policía. Informes periciales confirmaron que el balazo provenía de una subametralladora de un suboficial de Carabineros, que luego intentó ocultar el hecho.
Nueve policías, entre ellos cinco oficiales, fueron dados de baja esta semana por encubrimiento. El autor de los disparos fue apresado y será juzgado.
El director de Carabineros, Eduardo Gordon, criticó el accionar del policía que disparó. Sostuvo que “incumpliendo todas las normativas que tenemos al respecto hizo uso de las armas. Además, trató de ocultar información y ahí rompió otro de los principios que para Carabineros es fundamental, que es la verdad”.
Este episodio se suma a las imágenes de represión callejera, con policías dando golpes, lanzando gas lacrimógeno o fuertes chorros de agua durante las recientes manifestaciones estudiantiles.
“Hemos visto una especie de ‘deja vu’ de los 80” , en la época de la mayor represión callejera de la dictadura de Augusto Pinochet, comentó Fries. Y agregó: “Yo espero que después de este sacudón que significa la muerte de Manuel Gutiérrez se comience con el proceso de incorporación de materias de Derechos Humanos en la formación policial”.
La Policía chilena tiene 45.000 hombres en sus filas. Desde su creación en 1927 dependió del Ministerio del Interior, pero en 1974, un año después del comienzo de la dictadura de Pinochet, pasó al ministerio de Defensa, acentuando su carácter militar. Desde este año –a raíz de una reforma con la que se ha intentado darle un carácter más ciudadano–, la institución retornó al Ministerio de Interior.
Hasta hace dos años, según una encuesta estatal, se consideraba a Carabineros la institución más respetada del país, con 61% de opinión favorable. Esto tiene que ver con la baja corrupción que ostenta y su cercanía con la población. Ahora las críticas pasan por el carácter represivo que está mostrando. “Espero que en Carabineros haya un cambio y que no sigamos conviviendo en esta esquizofrenia entre el carabinero represor y el amigo ”, finalizó Fries.
Fries precisó que la mayor represión se concentra al interior de los vehículos policiales. “Arriba de los buses policiales hay ya un legado histórico que permanece en este país, que es de golpiza y, para hablar más concretamente, apremios ilegítimos o torturas contra las personas detenidas ”, puntualizó.
Desde un principio la familia de Manuel Gutiérrez, el chico que murió de un disparo en la madrugada del 26 de agosto en un suburbio de Santiago, al término de un paro nacional, dijo que le había disparado un policía. Informes periciales confirmaron que el balazo provenía de una subametralladora de un suboficial de Carabineros, que luego intentó ocultar el hecho.
Nueve policías, entre ellos cinco oficiales, fueron dados de baja esta semana por encubrimiento. El autor de los disparos fue apresado y será juzgado.
El director de Carabineros, Eduardo Gordon, criticó el accionar del policía que disparó. Sostuvo que “incumpliendo todas las normativas que tenemos al respecto hizo uso de las armas. Además, trató de ocultar información y ahí rompió otro de los principios que para Carabineros es fundamental, que es la verdad”.
Este episodio se suma a las imágenes de represión callejera, con policías dando golpes, lanzando gas lacrimógeno o fuertes chorros de agua durante las recientes manifestaciones estudiantiles.
“Hemos visto una especie de ‘deja vu’ de los 80” , en la época de la mayor represión callejera de la dictadura de Augusto Pinochet, comentó Fries. Y agregó: “Yo espero que después de este sacudón que significa la muerte de Manuel Gutiérrez se comience con el proceso de incorporación de materias de Derechos Humanos en la formación policial”.
La Policía chilena tiene 45.000 hombres en sus filas. Desde su creación en 1927 dependió del Ministerio del Interior, pero en 1974, un año después del comienzo de la dictadura de Pinochet, pasó al ministerio de Defensa, acentuando su carácter militar. Desde este año –a raíz de una reforma con la que se ha intentado darle un carácter más ciudadano–, la institución retornó al Ministerio de Interior.
Hasta hace dos años, según una encuesta estatal, se consideraba a Carabineros la institución más respetada del país, con 61% de opinión favorable. Esto tiene que ver con la baja corrupción que ostenta y su cercanía con la población. Ahora las críticas pasan por el carácter represivo que está mostrando. “Espero que en Carabineros haya un cambio y que no sigamos conviviendo en esta esquizofrenia entre el carabinero represor y el amigo ”, finalizó Fries.
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