Por Diego Igal
Según cifras del Ministerio de Educación, subieron de manera sostenida los alumnos de los magisterios. Para los especialistas, es por el incremento de la jerarquización de la formación y las mejores condiciones para ejercer.
La jerarquización de la formación y el incremento simbólico en la duración de la carrera; la suba salarial y de lo que se destina del PBI a la educación (6%) y la baja en la tasa del analfabetismo (1,9% según el último censo), explican que haya más jóvenes de todo el país que quieran ser maestros. Así coincidieron en afirmar a Tiempo Argentino la presidente de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Adriana Puiggrós; el secretario de Educación de CTERA, Marcelo Mango y la doctora en Educación de la UBA Andrea Alliaud con datos oficiales. Esas cifras indican que en 2008 había 320.405 alumnos en carreras de formación docente; que al año siguiente se elevó a 337.903 y en 2010 a 362.009. En los ingresantes, el crecimiento es del 40% desde 2007 (ver infografía). “La matrícula de los profesorados –apunta Alliaud, estudiosa del tema– es muy sensible a la situación económica y social. En momentos de restricción del empleo las carreras docentes que aseguran trabajo seguro y en blanco, tienden a aumentar drásticamente. Ahora no hay explosiones de matrícula y las diferencias provinciales pueden deberse a distintas dinámicas que presentan los mercados laborales locales y también a la influencia de políticas educativas específicas.”Para Puiggrós, “la sociedad ha mejorado espectacularmente en condiciones materiales y simbólicas, acceso a bienes culturales, recuperación de la idea de que el futuro es mejor”. Además, la política educativa desde 2003 “es un motor fundamental del camino para el desarrollo planteado”.Mango advierte que “hoy son muchos los jóvenes que eligen ser docentes porque esto representa para ellos una oportunidad de construir otro futuro, no sólo desde lo material. La formación docente es un ámbito que convoca inquietudes, aspiraciones y compromisos de los jóvenes en el vínculo con la sociedad y la cultura a la que pertenecen. Hoy, cuando los jóvenes desembarcan masivamente en la política, la docencia, como tarea profundamente política, les ofrece una oportunidad para asumirse como partícipes de la reconstrucción de los lazos sociales, de la producción de condiciones de acceso al conocimiento, y de la revalorización y el enriquecimiento de la cultura de sus comunidades de origen”.¿Qué dicen ellos? La porteña Rocío García, de 23 años; la bonaerense Silvana Di Gaeta (25) y el chaqueño Darío Acosta (27), son tres de esos aspirantes que pueblan magisterios, esta vez del Normal 1. Los tres tienen la vocación y aunque ellas descreen de la suba en los estudiantes y la recuperación de prestigio, él afirma que “ahora hay en la sociedad una necesidad de cambiar y ven la educación como una herramienta para ello”, agrega este joven del pueblo Ciervo Petiso, límite con Formosa, a donde volverá con el título bajo el brazo para pararse frente a los alumnos. “Muchos creen que esto es aprender a cortar y pegar goma eva”, se queja Di Gaeta y el resto ríe porque sabe que ahora la formación es más exigente. Será por eso que Alliaud pide apostar por las carreras docentes “ya que de ellas dependen la formación de los niños y jóvenes de hoy y de muchos años más. No es poca cosa”. <
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