El economista italiano Stefano Zamagni llamó al compromiso político y social.
Por Silvia Naishtat
Stefano Zamagni no puede abandonar su condición de profesor. Decididamente, ve a la actualidad como parte de una historia más amplia y ayer dio una clase magistral en la que no se privó de hacer preguntas a un público que demoró en responder cuestiones básicas. Eran las 13,30 y un centenar de empresarios convocados por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa tomaba nota de la ponencia del director de Ciencias Políticas de la Universidad de Bologna, que supo trabajar muy cerca de Juan Pablo II y asesoró al actual Papa Benedicto XVI.
En su exposición, Zamagni se basó en la tercera encíclica de Benedicto XVI, Caritas in veritate, para hacer un llamado a los empresarios a ocupar un rol mucho más comprometido en la política, “a romper el círculo vicioso y a transformar las instituciones ”. Los consideró una minoría profética. “Esta minoría profética puede transformar la Argentina en poco tiempo ”, alentó al hacer un llamado a la fraternidad entre empresas. De paso, alertó que el mundo puede convertirse en un lugar nefasto si sigue la actual inequidad. “El crecimiento de la desigualdad no solo debe ser visto desde un punto de vista moral, es peligroso porque muestra la incapacidad de funcionamiento de la economía de mercado” .
El profesor contó que en este fugaz paso por Buenos Aires visitó la AMIA y descubrió que su presidente ignoraba un término hebreo que indica que el dinero es como la sangre y que debe circular entre los hombres. “El aumento de la desigualdad no es sólo un fenómeno de la Argentina”, señaló al documentar que en EE.UU. la brecha entre el que más gana y el que menos, aumentó de 100 a 700 veces en pocos años. Aquí otros conceptos: Una paradoja del nuevo contexto es el crecimiento de la riqueza junto con la inequidad. Hay mil millones de personas que padecen hambre en el planeta, pese a que el sistema productivo puede generar recursos para todos . No podemos decir que falta comida. Hay instituciones económicas y sociales que no funcionan . Son los empresarios los que deben administrar un nuevo concepto del estado de bienestar para evitar el clientelismo político.
Otra paradoja es que vivimos en la sociedad del conocimiento en la que el ciclo tecnológico no coincide con el laboral. Antes, la renovación tecnológica era de 30 a 35 años y abarcaba la vida laboral de una persona. Hoy es de 10 a 12 años y en algunos sectores, mucho menos. Así, una persona debe pasar al menos por tres o cuatro especializaciones diferentes en su vida laboral . Es un problema dramático para el trabajo. Hay crecimiento sin empleo.
Zamagni estaba apurado. Oscar Andreani, Enrique Beherends (banco Galicia), Guillermo Hang ( ex Techint), José Luis Bour (Fiel), Mario Vicens (bancos extranjeros) Manuel Solanet (Infupa) y el titular de Acde, Adolfo Ablático se quedaron con ganas de seguir el debate.
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