Por Aldo M. Etchegoyen (Miembro de la Comisión por la Memoria. Mesa de diálogo de la comunidad qom).
Sin duda alguna vivimos en el país el kairos de los Pueblos Originarios, tiempo cuando esas valiosas comunidades han decidido renovar sus largas luchas por sus derechos territoriales, sus culturas.
El idioma griego tiene dos palabras para hablar del tiempo: cronos y kairos. Cronos es el tiempo en minutos y horas, de allí viene cronómetro. Kairos es tiempo como espacio de vida, tiempo de siembra o de cosecha.Sin duda alguna, vivimos en el país el kairos de los Pueblos Originarios, tiempo cuando esas valiosas comunidades han decidido renovar sus largas luchas por sus derechos territoriales, sus culturas, sus idiomas y su forma de vida. Investigaciones antropológicas y arqueológicas indican que hace unos 13 mil años ya estaban asentados en la Patagonia los primeros grupos indígenas de cazadores. En el Noreste y las Sierras Centrales del país se da esa presencia por lo menos desde 7000 años antes de Cristo. En la zona pampeana, se han encontrado restos que confirman esa presencia 9000 años atrás, en Cuyo debemos hablar de 2000 años. En esa larga historia, han sufrido muchos sufrimientos, marginación e injusticias, especialmente desde la llegada de los llamados “colonizadores” con su violenta “civilización”. A pesar de todo siguen resistiendo y en la celebración del Bicentenario desfilaron bajo el lema “Celebramos que todavía estamos vivos”.Se me ocurre pensar que a contra mano de esa lucha estamos también viviendo el kairos de la frontera sojera con su avance sin límites, porque fuertes empresas agropecuarias y poderosos terratenientes necesitan más y más tierras para ganar más y más dinero. Otra cosa curiosa y significativa es el hecho de que también estamos en el kairos de la voracidad de poderosas empresas mineras, compañías de hidrocarburos o negocios inmobiliarios que avanzan sobre territorios nativos. Estos dos kairos chocan entre sí y quienes llevan las de perder son los Pueblos Originarios. Corría el 14 de marzo de 2006 cuando nos llegó la noticia “En el día de hoy, a las 15:14 hs. murió Sandra Juárez como consecuencia del violento momento emocional debido a la tensión que le tocó vivir junto a familiares y vecinos cuando se oponían al avance de las topadoras. Sandra integraba el grupo de resistencia compuesto por unas 20 familias que luchaban tratando de impedir la usurpación de sus tierras por parte de la empresa cordobesa Namuncurá SA en San Nicolás a pocos kilómetros de Huyamampa en Departamento De Banda, provincia de Santiago del Estero. Las máquinas desde hacía tres semanas asediaban el territorio, cuando su corazón no resistió más, tenía sólo 33 años. Mientras tanto, por su parte, la policía protegía el trabajo de las topadoras.” El año pasado, nos avisaron que estaba sucediendo la represión policial con apoyo de algunos mercenarios civiles en la Ruta Nacional 86 contra la comunidad qom que reclamaba sus derechos territoriales en Colonia Primavera, Formosa. En medio de la violenta acción una o más certeras balas mataron al indígena Roberto López. Por su parte, Félix Díaz salvaba milagrosamente su vida escapando por el monte. La consigna se reducía a una sola palabra: matarlo. Fueron quemadas 17 viviendas previo poner en ellas los documentos de sus moradores, ropa, muebles y bicicletas. Hubo decenas de heridos que luego encontraron muchas dificultades para tener alguna atención hospitalaria. Lamentablemente, el hecho costó la vida de un policía. ¿Cuál fue el resultado final? La expulsión de 50 personas de la comunidad qom. Las mismas que vinieron a acampar en la plazoleta de Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo, en pleno corazón porteño. Fueron exiliados en su propio país, algunos de ellos amenazados de muerte sobrellevando injustas causas judiciales. Finalmente, luego de unos seis meses, el gobierno nacional abrió sus puertas del Ministerio del Interior para atender sus reclamos. Vinieron largas reuniones de trabajo, tensiones, dificultades pero finalmente los desplazados pudieron regresar a su territorio tan querido. Y esta semana se celebró la Asamblea de la comunidad qom en Colonia Primavera dando como resultado un fuerte respaldo a Félix Díaz como indiscutido Jefe de las aproximadamente 2000 personas residentes en esa zona. Se inicia de esta forma una nueva etapa en la vida de esta valiosa Comunidad Indígena. Viene ahora un camino nada fácil llamado relevamiento territorial que comprende poner definitivamente en orden todo lo referente a su territorio reconocido desde hace varias décadas atrás pero siempre con intentos de despojos por parte de quienes olvidan la ley y los derechos que asisten a estas comunidades.Finalmente, ¿qué piden esos pueblos? sino que se cumplan las leyes que los gobernantes han aprobado. Además que se respeten los pactos internacionales aceptados por nuestro país. Por ejemplo, la Ley 26.160 dispone la prohibición de los desalojos indígenas. Esta y otras más son desconocidas por algunas provincias, como Formosa. En el camino recorrido se resalta la resistencia y lucha siempre pacífica, la palabra serena y visionaria de Félix Díaz diciendo una y otra vez: “No hablo por mí mismo, traigo la voz de mi comunidad.”Quiero poner mi voto a favor de la esperanza de que sople un viento nuevo de diálogo y respeto a estos Pueblos con presencia milenaria en nuestro país que, por herencia ancestral, a ellos les pertenece.Esas comunidades no son extranjeras, compartimos una misma ciudadanía y por tanto mismos derechos, oportunidades, respeto a sus culturas, religiosidad, idiomas y plena dignidad. Es un desafío ineludible para nuestra democracia, desafío especial para aquellos que todavía llevan sobre sus hombros la mochila del racismo y la desvalorización humana.<
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