jueves, 8 de julio de 2010

REVELAN QUE FRANCO DIO A HITLER UNA LISTA CON LOS NOMBRES DE 6 MIL JUDÍOS


La nómina se hizo en 1941. Los nazis la usaron en sus planes para la “solución final”.

Por Juan Carlos Argañaraz


En 1941, el gobierno de Francisco Franco ordenó confeccionar una lista de los judíos que vivían en España . La siniestra nómina de 6.000 personas fue entregada a los nazis “que la manejaron en sus planes para la solución final”.


El diario El País de Madrid dedicó ayer la tapa y las principales páginas de su edición “Domingo” a un informe exclusivo del periodista e investigador Jorge M. Reverte titulado “La lista de Franco para el Holocausto”.


“El censo incluía los nombres, datos laborales, ideológicos y personales de 6.000 judíos . Cuando la caída de Hitler era ya un hecho, las autoridades franquistas intentaron borrar todos los indicios de su colaboración con el Holocausto”, informa el prestigioso periódico.


Las dos figuras centrales de esta operación fueron el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, y su gran amigo el conde de Mayalde, José Finat, quien se desempeñó como Director General de Seguridad en 1940 y embajador en Alemania.


Serrano Suñer, activo simpatizante del nazismo, era el hombre fuerte del franquismo en la post-guerra, Ministro del Interior y después de Asuntos Exteriores.


El conde de Mayalde recibió en 1940 a Heinrich Himmler, líder de las SS y el principal ejecutor de la “solución final” que exterminó en atroces campos de concentración a seis millones de judíos. Ambos inician una relación estrecha que se convierte en amistad personal cuando el conde actúa como representante diplomático de Franco.


Allí, en Berlín, “ Finat... podrá entregar en persona a Hitler sus listas de judíos ”, explica Reverte. “Si España entra en la guerra, serán un buen regalo para los nazis . Antes va a tener tiempo suficiente para dar una paliza y emplumar por maricón a un cantante, Miguel de Molina. Le ayudará el falangista Sancho Dávila, primo del fundador del partido fascista”, denuncia Reverte. El gran artista español, Miguel de Molina, sufrió graves heridas y se exilió en Argentina donde pudo desarrollar plenamente su talento.


El conde de Mayalde, Director de Seguridad, ordenó el 5 de mayo de 1941 a todos los gobernadores españoles mediante una circular que “envíen a la central informes individuales de los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia indicando su filiación personal y político-social, medios de vida, actividades comerciales, situación actual, grado de peligrosidad, conceptuación policial”.


Aclara el informe que “la fecha en que se emite la circular tampoco es casual. En España, se debate desde hace meses la posibilidad de que el país entre en guerra al lado de Alemania. Y los más furibundos partidarios de esta opción son los falangistas revolucionarios, los nacional sindicalistas que admiran a Hitler y comprenden su política de liquidación del judaísmo”.


La dictadura franquista ordenó destruir todos los documentos que demostraran su antisemitismo y colaboración con el régimen genocida de Hitler . “Al final de la II Guerra Mundial, el régimen de Franco intentó con relativo éxito confundir a la opinión pública mundial con la fábula de que había contribuido a la salvación de miles de judíos”, arranca Reverte .


Y, aclara, que aquello “era falso (...) En la España del dictador hubo la tentación de contribuir a acabar con el ‘problema judío’ en Europa”.


Según El País , “la paciente labor de un periodista judío, Jacobo Israel Garzón, ha conseguido que aflorara el único documento conocido sobre el asunto , conservado por obra de la casualidad en el Archivo Histórico Nacional, y proveniente del Gobierno Civil de Zaragoza”.


El País publica un facsímil de la orden firmada por el conde de Mayalde. “Las personas objeto de la medida que le encomiendo han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidas sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores”, se puede leer en el texto.


El trabajo –agrega– no va a ser fácil “por esa capacidad de adaptación que tienen los judíos. Sobre todo en lugares que no sean como Barcelona, Baleares y Marruecos, donde había antes de la guerra comunidades, sinagogas y colegios especiales”, y eso permite una mayor facilidad de localización, escribe El País . La circular de Mayalde no oculta la urgencia de la acción. Hay que proteger al Nuevo Estado de la posible actuación de estos individuos, que son “peligrosos”, sostiene.


Cuando el nazismo comenzó a perder la guerra, Franco hizo todo para alejarse de la inexorable destrucción de sus amigos y aliados, Adolf Hitler y Benito Mussolini.


“El Archivo Judaico habría sido un hermoso regalo para Hitler. Su conservación, una repugnante prueba de lo que los falangistas de Ramón Serrano Suñer pretendían hacer con los judíos españoles”, concluye la valiosa investigación de Jorge Reverte

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