Se llaman a sí mismos “rolleros” y no suelen andar solos.
Cada vez son más quienes, ya sea por amor al deporte o para escaparle a la rutina, a semejanza de lo que sucedía en los ’90 irrumpen en las calles de la Ciudad con la singularidad de sus patines, cascos y elementos de protección.
Cada vez son más quienes, ya sea por amor al deporte o para escaparle a la rutina, a semejanza de lo que sucedía en los ’90 irrumpen en las calles de la Ciudad con la singularidad de sus patines, cascos y elementos de protección.
En cada uno de los puestos de alquiler de rollers que circundan el Rosedal , al caer la tarde se arman grupos de 30 personas que van a tomar clases . Lo mismo pasa en Puerto Madero , que se llena de empleados que salen de sus oficinas y aprovechan tanto el verde como la tranquilidad de este barrio pegado al Microcentro. Y a los que no quieren un profesor, o pagar por algo que ya saben, los sábados los espera en la puerta del Hotel Hilton el grupo Patín En Línea –una “comunidad”, como ellos mismos dicen, con más de 700 integrantes – para salir a deslizarse libremente por la Ciudad.
Además de en Palermo y Puerto Madero, las zonas preferidas por su menor contacto con el tránsito, pueden verse grupos paseando por Tigre, Vicente López y, en menor medida, Saavedra, en torno al Parque Sarmiento, buscando evitar las calles empedradas.
Si bien no hay cifras precisas, profesores y patinadores amateurs confirman que en el último año hubo una suba en la convocatoria de esta actividad. De hecho, en el “MegaPatinDay” que organizó Patín En Línea para cerrar 2010, llegaron a participar 800 personas , quienes recorrieron 20 kilómetros desde Puerto Madero hasta el Rosedal, bordeando el río.
Mariel Alabasini, profesora de Andando en Línea –una agrupación con perfil más deportivo–, afirma que en los últimos tres años se duplicó la cantidad de patinadores , llegando ellos a tener 200 alumnos, a partir del primer maratón de rollers de América Latina que se realizó en Buenos Aires en octubre del año pasado.
“Además de las caídas y traumatismos, para mí también va en aumento el número de personas que sale con sus patines”, confirma Germán Reber, un aficionado que hace dos meses decidió cambiar la bicicleta por los rollers “porque son más fáciles de llevar”.
Gabriel Gabian, alumno de Andando en Línea, coincide con Alabasini: “Cuando yo empecé no éramos tantos. El incremento fue en los últimos meses, supongo que por el hecho de que hayan hecho tantas bicisendas” .
Para Milton Lazo, integrante de Patín en Línea, “el aumento de patinadores muestra que la gente se cuida más, pero también que no está dispuesta a abandonar el placer”. Y remarca: “Si te encerrás en el gimnasio, te perdés la brisa, la sensación del viento en tu cara, que es única”.
Los rollers toman nuevo impulso . Para estar en forma, por el contacto con la naturaleza o para conocer gente. Pero esos patines con ruedas alineadas ya no se usan en soledad como en los ’90: ahora se impone andar en compañía.
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