Efectos y consecuencias de la tecnología 3D. Las películas o juegos de consola en 3D convocan a miles de niños y adolescentes que pasan horas ante la pantalla.
Por Deborah Maniowicz
Hasta hace dos años, que los personajes de ficción parecieran salir de la pantalla grande era posible sólo en las películas proyectadas por IMAX. Hoy, hay más de cincuenta salas 3D en el país y las tiendas de electrodomésticos ofrecen televisores, videocámaras y hasta notebooks en formato tridimensional. Los tecnólogos afirman que es sólo el comienzo y que el 3D llegó para revolucionar la forma de percibir el entretenimiento. Pero no todo es diversión y adrenalina. Especialistas y empresarios advierten sobre los daños que podría ocasionar el uso no responsable de esta tecnología.El ojo humano aprecia la tridimensionalidad gracias a la estereopsis, la fusión de las imágenes percibidas por cada ojo, que permite percibir la profundidad. Es una propiedad que comienza a desarrollarse a partir del sexto mes y se va perfeccionando hasta los 8 a 12 años. Según el efecto de profundidad que quiera lograr una película o juego en el espectador, requerirá un determinado desarrollo de la estereopsis.La consola en tres dimensiones que planea lanzar Nintendo en marzo de este año, por ejemplo, requiere de un completo desarrollo de esa propiedad. Por eso la empresa advirtió en un comunicado que no es recomendable para menores de seis años, ya que “el suministro de imágenes en 3D puede tener un potencial impacto en el crecimiento del sistema visual de los niños”. Previendo este inconveniente, la consola contará con una opción de bloqueo de la tercera dimensión. “Si la visión no está completamente desarrollada, la imagen tridimensional puede producir visión doble o trastornos de alineación. También puede ocasionar una descompensación parcial en aquellas personas que tienen un ojo desviado”, explica el doctor Adolfo Güemes, especialista en estrabismo y neuro-oftalmología, y aclara: “No produce daños permanentes pero es recomendable hacerse análisis de alineación binocular antes de realizar actividades en 3D por tiempos prolongados”. Samsung es otra de las empresas que apuestan a las nuevas tecnologías pero advierten sobre su perjuicio. A raíz de la creación de televisores 3D, la firma coreana anunció que puede ocasionar malestar en aquellas personas “fotosensibles, de edad avanzada, con problemas de sueño o que se encuentren bajo los efectos del alcohol”, y recomendó ubicar el televisor lejos de escaleras y ventanas.Las películas, en cambio, sirven de estímulo para la imaginación. Hoy casi todos los films infantiles, desde Toy Story, Shrek hasta Alicia en el país de las maravillas, tienen formato tridimensional. Pero también es atractivo para el público adulto: miles de familias vieron Avatar, El juego del miedo y Destino final durante 2010. Estas cintas apelan a una tecnología que está lejos de ser nociva. La doctora Claudia Polo, especializada en oftalmología infantil y estrabismo, explica que “el proyector emite dos películas simultáneas con la luz filtrada en una dirección diferente para cada ojo. Cada cristal recibe sólo la película polarizada en su dirección. De esta forma, el proyector alterna la emisión de un fotograma para cada ojo a una velocidad suficientemente alta como para que el cerebro no perciba los cortes, pero sí la sensación de profundidad. En realidad, el cine es 2D con efecto de profundidad. Para que sea verdadero 3D tendría que estar filmada de manera doble, una película para cada ojo”. Como esto no sucede, los chicos pueden disfrutar de este tipo de cine, independientemente del grado de estereopsis que hayan desarrollado. Más allá de efectos y consecuencias, no hay duda de que la tecnología tridimensional llegó para quedarse; sólo es necesario tomar algunos recaudos.
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