Tzvetan Todorov ha sido extensamente leído en las universidades argentinas. Aquí cuenta sus inicios y llama a estar vigilantes frente al totalitarismo.
Por Héctor Pavón
Ya tiene el pelo y los ojos del hombre capaz de desarmar un texto, un objeto, desde prismas académicos diferentes y hacerlo seductor y tangible. Esas visiones son las del lingüista, historiador, crítico, ensayista Tzvetan Todorov (1939). Miles de estudiantes de Ciencias Sociales y de Filosofía y Letras argentinos lo han leído, a veces obligados, a veces complacidos: especialmente su texto sobre la Teoría de la literatura de los formalistas rusos . Todorov superó el estructuralismo que lo fundó como pensador y trabajó sobre el totalitarismo. Tenía la razón en su cuerpo: a los 24 años (1964) llegó a París dejando para siempre las alambradas comunistas de Bulgaria, donde había nacido. Se formó a contramarcha política en la Francia de los 60, que preparaba la revolución. Estudió Filosofía del lenguaje con Roland Barthes e integró el círculo de estructuralistas franceses. Esta semana vino a Buenos Aires invitado por la Fundación Osde a dar dos conferencias. De los totalitarismos y el hombre habló en esta charla.
¿Cómo se formó en Bulgaria? Estudié Literatura en la Universidad, pero para mí la única forma de estudiar libremente la literatura no era hablar de las ideas ni de los valores que hace decir una obra sino de la forma en que estas obras están construidas. O sea, el estilo, las formas narrativas, las metáforas, la gramática o el léxico: sobre eso se podía hablar libremente. Pero si uno trataba de analizar “de qué hablan las obras” se entraba en el ámbito de la ideología, que ya estaba decidida.
¿Cómo llegó al mundo del estructuralismo francés? Una vez en Francia yo tenía determinados intereses. Lo mío eran los estudios literarios y busqué a personas que se interesasen por la literatura de la misma manera que yo. Encontré espíritus cercanos que resultaron estar vinculados con el estructuralismo. Allí estaba Claude Lévi-Strauss, Emile Benveniste y luego frecuenté el seminario de Roland Barthes, hice un doctorado con él y así terminé en este movimiento estructuralista que daba un lugar esencial a la construcción propiamente dicha de textos, de obras, mitos o de sociedades.
Antes de la caída del Muro hablábamos de totalitarismos y sabíamos qué eran. Pero en la actualidad, ¿a qué nos referimos? Hablamos de un pasado, pero reciente. Cuando la utopía comunista se difundió era una ideología que estaba en el poder en un tercio del mundo. En otro tercio era una ideología combatida que permitía estructurar el campo político. En la Argentina, Chile, la amenaza comunista justificaba o facilitaba la llegada de dictaduras militares. El neoliberalismo, que es la ideología vigente y que se forjó en oposición a la ideología comunista, se le parece. Y como tenemos presentes en nuestro espíritu la experiencia totalitaria es importante que nos mantengamos vigilantes frente a esas reminiscencias totalitarias. Hay una suerte de prioridad económica que decide respecto de todo lo demás.
Obama perdió frente a estas prioridades económicas...
Obama pierde porque él quería redistribuir los recursos en favor de los más pobres, de los más débiles. Lo acusaron de instaurar el comunismo, cuando no el Gulag. Lo interpretaban constantemente en términos de Guerra Fría, como la encarnación de un socialismo estatal, cuando no comunista.
Ha trabajado sobre la categoría del Otro... Hay quienes identifican al Otro con un enemigo...
El Otro puede llegar a ser un amigo, un enemigo. El Otro es alguien que no soy yo. A partir de ahí, todo depende del tipo de relación que se establezca entre nosotros. Puede ser la guerra pero también el amor. El amor es una forma de intercambio con el Otro que es preferible de lejos a la guerra. Pero tampoco podemos imaginar que vivamos en un mundo sin conflicto y sin oposición y sin agresión. La agresividad es un rasgo humano y el deseo de entendimiento también.
¿Irán es un Otro enemigo actual de Occidente? Me da mucho miedo esa tentación de encerrar al Otro que no es aliado como enemigo, como ocurre con Irán. Es lo que vimos con Irak. Irak fue declarado un enemigo mortal luego de los atentados del 11 de septiembre. Pero Irak no tenía ningún arma de destrucción masiva, no tenía ninguna intención agresiva hacia Estados Unidos en particular, o hacia Occidente en general y que, por último, no había ningún miembro de al Qaeda en Irak antes de ser declarado enemigo y de ser invadido. Yo no creo que Irán sea el enemigo del resto de la humanidad.
Aunque no sea filósofo quiero que filosofe: ¿qué es un hombre? Se puede ver a la especie humana en relación a la vez de semejanza y contraste con nuestros primos gorilas y chimpancés. El hombre es un animal al que le lleva muchísimo tiempo ocuparse de sus hijos. Somos una especie muy protectora y cooperativa con nuestras crías. No somos la especie más agresiva, pero somos la que se comunica mejor, la que elaboró el lenguaje. Todos los animales se comunican pero no hay nada comparable al lenguaje. Ha permitido las mejores y las peores cosas. La colaboración y la exterminación. También permitió una identificación muy fuerte con el Otro. Y es la fuente de un movimiento de compasión, de simpatía que también permitió la tortura. Porque la tortura implica cierto grado de identificación con el Otro. Yo sé lo que le duele: sé cómo torturarlo para obtener lo que deseo . Somos una especie de primate más complicada que las otras, pero no obstante somos primates.
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