martes, 23 de noviembre de 2010

"LA RADIO ES EL MEDIO CON MÁS LIBERTAD"


El periodista Eduardo Aliverti confiesa que no esperaba la repercusión que en seis años han conseguido los galardones que entrega la escuela que él dirige. “Creo que logramos que fueran creíbles, que se entendiera que no premiamos sólo a lo que más se escucha”, afirma.


Por Mariano Lago

El 27 de agosto de 1920, la Sociedad Radio Argentina, encabezada por Enrique Telémaco Susini, realizó la primera transmisión radial en el país. Fue desde la azotea del teatro Coliseo y lo que se transmitió fue Parsifal, de Richard Wagner. Y esta noche, en el Teatro ND/Ateneo, el medio tendrá la gran fiesta por sus 90 años cuando se realice la sexta edición de los premios Eter. Las 19 ternas de los premios fueron confeccionadas en base a la votación de los oyentes, un jurado radiofónico integrado por representantes de las emisoras e instituciones del sector y, este año por primera vez, por los ganadores de las ediciones anteriores. A ellos se suma un consejo asesor convocado por Eter, la escuela de radio que dirige el periodista Eduardo Aliverti. “Creo que logramos prestigio y reconocimiento para el premio como una distinción lo más democrática posible. Cuando lo ideamos, teníamos la intención de correr a la radio del lugar de último orejón del tarro en el que suele estar en los Martín Fierro y en todas las otras distinciones, en las que hay que subir a las apuradas o te quieren sacar porque la radio no es show, o porque hay caras de la radio que no son conocidas y que no hacen al espectáculo en esa suerte de ceremonia presuntamente majestuosa de la tele. Esa era la primera intención: que fuera nuestro premio, nuestra noche y punto.”


“No mensuramos la repercusión que podía tener”, continúa Aliverti. “Yo no soñaba con televisación y transmisión en directo. Creo que el premio ganó mucho en las últimas dos ediciones, porque se comenzó a premiar a gente del interior, y porque se terminó de confirmar que premiábamos cosas alternativas y no solamente lo que se escucha. Y creo que la gente del medio le cree al premio. Ese era el segundo objetivo que teníamos: que fuese creíble”, explica el conductor de Marca de radio. Para él, ésta será la edición más especial de los galardones por coincidir con el 90º aniversario del medio y por haber agregado el voto telefónico –que se sumó a la votación a través de Internet– para reflejar el gusto del oyente de AM, que está más acostumbrado a llamar a las emisoras que a usar las nuevas tecnologías. En total, para esta edición de los premios Eter se recibieron más de 35 mil votos.


Para Aliverti, este aniversario de la radio permite reflexionar sobre la buena salud de la que goza el medio, al que consideró que no pueden afectar canales de comunicación más nuevos debido a su velocidad. “Hasta que apareció la televisión, la radio era un hecho esencialmente artístico, más allá de que había programas periodísticos. Era un 90 por ciento de arte, con orquestas en vivo, teatro y ficción, y un 10 por ciento de surtidos, con presencias importantes de los servicios informativos. Cuando apareció la televisión, la radio se reinventó como servicio informativo a partir del esquema que armó Radio Rivadavia y toda la novedad que trajo Fontana Show, pero en desmedro del arte. Se reinventó en función de aprovechar su velocidad, porque no hay medio más veloz que la radio y eso la sigue haciendo informativa. Lo gráfico puede estar muerto dentro de una hora, el portal requiere de una mediación de escritura, la tele –por más que la tecnología satelital empardó bastante la velocidad de la radio– requiere de una aparatología y un montaje que de alguna forma la lentifica. Pero uno sale con el celular y cuenta en este momento el choque de la esquina. Esa velocidad es impardable. Por eso la radio sigue siendo el medio informativo por excelencia”, asegura.


Aliverti considera que la última gran renovación en el medio fue en los ’80, cuando aparecieron Radio Belgrano y FM Rock & Pop, y que es necesario un recambio generacional que no se produce desde entonces. “Hoy la radio está en una etapa de transición entre una FM que ha incorporado mucho lo periodístico, una AM que trata de mejorar sus continentes estéticos, pero todavía sin algo que articule continente y contenido. Y con mucho desafío que no se sabe cómo termina: qué va a pasar con la radio en Internet, qué cantidad de gente escucha por ese canal, la radio como programa integrado a un multimedio respecto del propio programa, cosa en la que está trabajando muy bien Mario Pergolini. Es un momento de gran desafío”, sostiene.


Otro desafío es el de la torta publicitaria, algo en lo que, según el periodista, tendrá que intervenir el Estado para que no haya voces que queden afuera una vez que se aplique la ley de medios. “La radio es el negocio más chico, en una etapa de megacorporatividad mediática, en cuanto al ingreso publicitario. Esto es contrastante con que sigue siendo el medio más creíble según cualquier encuesta que se tome. Más que la tele, más que los medios escritos. Sigue habiendo muy alto nivel de encendido: no ha bajado sino que se ha incrementado, creo que porque es un medio muy libre debido a la cantidad de radios y programas que hay. Pero hay un contraste entre la credibilidad de la radio y el poco ingreso que tiene. Y uno de los desafíos de la instrumentación de la ley de medios es que el Estado esté detrás de la apoyatura a ONG, sindicatos y colectivos sociales para ampliar el arco de voces y que no se pueda depender solamente de la publicidad. En muchos casos no da para que sobrevivan los que ya están y menos se va a dar si no hay una política fuerte de apoyo, si no hay crédito blando, subsidios o capacitación”, asegura.


Aliverti también destaca que, en un momento en el que no hay medias tintas entre los que apoyan al gobierno y los que están en contra, en algunos medios “anti K” hayan aparecido “voces disonantes” que “traen frescura a la radio”, como su caso en La Red o el de Víctor Hugo Morales en Continental. En ese sentido, el periodista cree que otra de las claves de la radio para mantenerse es que es espacio propicio para la libertad de expresión, debido a que es difícil controlar lo que se dice. “Por un lado, la radio forma parte de los esquemas megacorporativos y sigue editorialmente la línea que lanza el patrón multimediático –afirma–, como ocurre con el canal, la revista, el cable y el diario del grupo. Pero por otro lado, la radio, por una cuestión de tecnología barata, de que podés comprar un espacio aunque sea en la FM de la esquina, de la cantidad de emisoras y de la cantidad de programas que hay, es el medio más difícil de controlar. No está impreso, no está en pantalla y son muchas. No hay medio en el que se pueda tener más libertad que éste. Eso no quiere decir que en una radio no estés acogotado con lo que tengas que opinar. Pero si tengo que elegir el medio en el que mayor diversidad de opiniones encuentro, ése es claramente la radio. Y agregaría un factor que mencionamos antes: como es el negocio más chico, también es el menos controlado. Siempre digo que eso es algo que hay que decir en voz baja.”


¿Y qué pasa con la radio en la era de Internet? Para Aliverti, el medio tiene cualidades que hasta el momento no pudieron ser reemplazadas por otros y que le auguran un buen futuro. “Uno puede pensar en que dentro de muchos años desaparezca el papel impreso y puede imaginar a la tele como un ejercicio de interactividad, pero la radio tiene una serie de características que la hacen distinta del resto de los medios, que no me parece que varíen con el avance tecnológico. En primer lugar está la decodificación del mensaje a partir del hecho de que es invisible. Siempre rescato algo que hablaba mucho con Antonio Carrizo: la radio es el único medio en el que el único sentido que interviene es el oído. Lo que obliga la radio en cuanto a la decodificación del mensaje es maravilloso. Y esa invisibilidad no es superable, así la escuches por Internet o por donde fuere. Cuando uno escucha a alguien en la radio, puede conocerle la cara, pero no saber si está parado, sentado, cómo está vestido. Tiene que descubrir el estado de ánimo del otro a través de las inflexiones vocales. Eso no lo derrota ninguna tecnología. El segundo hecho que me parece decisivo, y que no creo que vaya a variar por más que aparezca la tele en el celular, es la portabilidad. El hecho de que sea un medio que se puede consumir a la par de que se hacen otras cosas, es invencible. Y su instantaneidad: llame y pida un tema. Esta serie de características que distinguen a la radio no son gravemente alterables por ninguna aparición tecnológica. La veo como algo integrable y, cuando se integre, lo que hay que salvar es que siempre tiene que ser radio y no otra cosa”, sostiene el periodista.

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