miércoles, 24 de noviembre de 2010

VUELVE LA MÚSICA A LA PERLA DEL ONCE, CUNA DEL ROCK NACIONAL



Habrá shows con Javier Martínez, Alejandro Medina y Soulé, entre otros.


Por Pablo Novillo



Los espectáculos se harán los viernes y sábados a las 21.30. Tocarán, entre otros, Javier Martínez, Alejandro Medina, Miguel Cantilo, Ricardo Soulé y varios más (ver Agenda ). La programación artística está a cargo de Rodolfo García, que fuera baterista de Almendra y Aquelarre. La presentación del ciclo, en el bar de Rivadavia y Jujuy, será hoy a las 19. “No queremos que La Perla sea una especie de La Cueva, sino que el sonido vaya más hacia lo acústico y que allí los músicos se encuentren a apreciar lo que hacen sus colegas”.


Algunos ya lo están disfrutando. Como Alejandro Martínez, el ex Manal, que en diálogo con Clarín recordó: “Salíamos de tocar en La Cueva, que quedaba en Pueyrredón y Juncal, y nos íbamos hasta La Perla porque era el único bar abierto toda la noche. Eramos hippies, nos quedábamos toda la noche charlando, escribiendo canciones, salvo cuando nos echaba la Policía, porque éramos casi todos menores . Así se convirtió en un emblema. Me parece bárbaro que ahora se pueda tocar ahí, aunque sea para 200 personas y tengamos que tener cuidado y no poner muy alto el volumen. Tengo 60 años y será volver a mis 17 ”.


El bar es en sí mismo un templo del rock. Aunque con el correr de los años cambió su estética original, hoy en el salón se pueden ver fotos de aquellos pioneros del género, y plaquetas recordatorias. Como la que cuenta que fue en el baño del bar donde Litto Nebbia y Tanguito escribieron La Balsa , sin dudas el primer himno del rock nacional.


“Es que componer en el bar era algo cotidiano”, explica el poeta Pipo Lernoud, otro habitué de La Perla. “Era el único lugar en la zona que abría toda la noche. Había tres tipos de clientes. Cerca de la puerta se sentaban los viajantes que hacían tiempo con un café con leche para tomarse el tren en Once para ir a trabajar el Interior. En el medio se sentaban los estudiantes, que se pasaban toda la noche con sus apuntes. Y al fondo nos sentábamos nosotros, para charlar de música y ver las canciones y poemas que escribíamos. Pero no nos dejaban tocar, entonces lo que hacían Tanguito, Litto, Moris y los demás era irse al baño , que estaba en un sótano, alejado, y tocar ahí, porque desde el mostrador no se escuchaba. Así compusieron La Balsa y muchas otras canciones. Es que en ese momento no podíamos juntarnos en las casas, de otros bares nos echaban y tampoco podíamos tocar en salas, La Perla era nuestro lugar ”.


Tras el cierre de La Cueva, en agosto del 67, La Perla empezó a perder esa clientela de rockeros, y con el tiempo se fue transformando. Hoy, los nostálgicos y los amantes de la música tendrán un motivo para alegrarse.






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