lunes, 12 de marzo de 2012

DILMA ROUSSEFF ABRE LAS UNIVERSIDADES


Las últimas medidas del gobierno brasileño apuntan a modificar el perfil elitista del sistema educativo mediante becas y préstamos de estudios.
Por Ricardo Romero
Politólogo UBA
Al entregar un millón de becas del ProUNI (Programa Universidad para Todos), la presidenta Dilma Rousseff no sólo realizó una obra de gobierno, además marcó un punto de inflexión en el sistema universitario brasileño. En base a políticas públicas (tales como la creación de universidades, becas, préstamos de estudios y cuotas afirmativas para afrodescendientes, mujeres y pobres), la estructura elitista de la educación superior se transformó en un esquema educativo abierto e inclusivo.Tal como señaló Dilma Rousseff en su programa Un café con la presidenta, la beca ProUNI alcanza este año a unos 350 mil ingresantes, que se incorporan a unas 1.321 instituciones de enseñanza superior. A su vez, en la ceremonia de entrega de la beca un millón, sostuvo que: “El ProUNI lleva a los jóvenes brasileños a romper las barreras de oportunidades”, y sentenció que “es un hito en la historia reciente del país, reafirmando el compromiso con la prioridad en la educación”.Parecen cumplirse los sueños de Paulo Freire, que propiciaba una educación para el pueblo, y de Darcy Ribeiro, quien fuera ministro de Joao Goulart –el presidente derrocado en 1964– que sostuvo la necesidad de ampliar las universidades en Brasil. Y es que el sistema universitario brasileño fue tardío, recién en 1920, se creó la primera de ellas, la Universidad Federal de Río de Janeiro, siguiéndole San Pablo en 1934 y Brasilia en 1960. Si bien en el golpe militar Brasil contaba con unas 20 universidades federales, el sistema era fundamentalmente excluyente.Durante los noventa, el baby boom que generó el milagro económico, impulsó la demanda de educación media y superior. Proliferó así un complejo mar de instituciones en enseñanza universitaria de distintas características, alcanzando unas 150 universidades públicas (federales, estaduales y municipales) y unos 1.700 establecimientos de financiamiento privado (particulares, comunitarias, religiosas y filantrópicas) a finales de siglo.A pesar de esto, la matrícula universitaria mantuvo un sistema elitizado, donde Brasil no superaba los dos millones y medio de estudiantes universitarios, la misma cantidad que la Argentina pero con una población cinco veces mayor.Con la gestión de Inácio Lula da Silva, el sistema universitario entró en un profundo proceso de transformación. Desde 2002 a 2011, el presupuesto educativo nacional subió del 2,5 al 5,2% del PBI brasileño, lo que significó pasar de R$ 20 mil millones a R$70 mil millones en ocho años. En lo que refiere a educación superior, implicó la creación de 14 universidades federales; la creación del programa ProUNI, que otorga becas a sectores de bajos recursos, y la aplicación de planes de financiamiento para matrículas universitarias. Así, en la actualidad, Brasil cuenta con 278 universidades y 2.099 instituciones privadas, tal como lo señala el Censo de Educación Superior de 2010.De hecho, la matrícula de ingresantes a las instituciones universitarias se duplicó, pasando de un millón en 2001 a dos millones en 2010. Este crecimiento implicó que la matrícula universitaria alcanzara los seis millones en 2011, duplicando la cantidad de estudiantes, que eran 3,1 millones en 2001, sobrepasando el umbral del 15% de la tasa de escolaridad universitaria (estudiantes universitarios/jóvenes de 18 a 24 años), punto en el cual un sistema universitario comienza a masificarse, según sostienen especialistas en Educación Superior.A su vez, la política afirmativa de cuotas a mujeres se hace sentir en el sistema universitario, que ahora predominan entre los estudiantes de nivel superior. Ellas representan el 55,1% del total de la matrícula y del 58,8% de los graduados.Un dato interesante, fue la evolución de la matrícula de enseñanza virtual, donde alcanza los 850 mil inscriptos, un 15% de la matrícula total. El fuerte impacto de las nuevas tecnologías lo tuvo el área de pedagogía, que cuenta con el 34% de los ciberestudiantes, mientras que en el sistema áulico, las carreras preponderantes son las administrativas contables y derecho, con el 21% y 13% respectivamente de los estudiantes presenciales.Y los cambios no se restringen al nivel de grado. Al duplicarse el nivel de graduados universitarios, que en 2002 alcanzaba 390 mil al año, en 2011 se graduaron cerca de 970 mil estudiantes, lo que implicó una fuerte demanda en sistema de posgrado, que alcanza los 173 mil graduados matriculados. De hecho, para este sector, el gobierno otorgó 75 mil becas. Incluso, Dilma Rousseff le solicitó a Barack Obama, en su visita a Brasil, el otorgamiento de vacantes a brasileños en universidades norteamericanas.Sin embargo, los estudiantes piden más. Consultado por Miradas al Sur, Daniel Iliesco –presidente de la Unión Nacional de Estudiantes– no está conforme, “queremos 10% del PIB en educación y no sólo el 7%. Vamos a convocar a Ronaldo a usar el 10% en la camiseta, en reivindicación de esa inversión”, sostuvo.

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