martes, 27 de marzo de 2012

"MI MENSAJE VA A SER LEIDO POR CUALQUIERA, ESO ES MUY EXCITANTE"


Por Julieta Roffo
Ron English pintó en el Muro de Berlín, su caricatura actuará en un capítulo de los Simpson.“El arte callejero se basa en la solidaridad”, afirma.
Me gusta el arte callejero porque es inmediato y porque todos son tu audiencia. Te ven aquellas personas a las que les gusta el arte, aquellas a las que no les gusta, y aquellas que son indiferentes: mi mensaje va a ser leído por cualquiera, eso es muy excitante para mí como artista y pienso que es completamente democrático”, dice Ron English, un consagrado artista callejero estadounidense que viajó por primera vez a la Argentina para exponer su obra y dar una conferencia en el Puma Urban Art. English, nacido en 1966 y criado artísticamente en Nueva York, es conocido por los trabajos que ha realizado con los logos de marcas tan famosas como McDonald’s y Camel y con el ícono de Disney: Mickey Mouse. No es que trabaje para las firmas, sino que adapta sus imágenes al mensaje que quiere transmitir, como el clásico ratón con una máscara anti-gas que denuncia los daños ambientales, o el payaso Ronald obeso que creó para el documental Super Size Me, en el que se denuncian los peligros nutricionales de las comidas rápidas. Estas dos obras estarán expuestas en el Recoleta hasta mañana, junto a la serie de pinturas Abraham Obama, una mezcla perfecta entre el actual presidente estadounidense y Lincoln.En esos cuadros, que se reproducen con distintas combinaciones de colores contrastantes, y en el protagonizan Marilyn Monroe y ‑ de vuelta‑ Mickey ‑su rostro le sirve de corpiño a la rubia debilidad‑, las influencias del pop se vuelven evidentes. Andy Warhol, explica English, fue uno de sus artistas más admirados. Aunque también lo fue Pablo Picasso: el estadounidense trabajó sobre el Guernica, la célebre obra del español que narra la crueldad de la Guerra Civil. “Lo hice porque cualquiera puede entender lo que ese cuadro quiere decir; es como la tradición de la música folk que hace que se retome una canción muy popular que narraba la realidad hace cuarenta años, y se le cambie la letra para contar lo que pasa hoy”, explica, y agrega: “La base ya está sentada y es inmejorable”.English, tímido, acompasa sus palabras con el ritmo al que acaricia su barba. La idea de haber perdido los tiempos del total anonimato no lo entusiasma, aunque todavía disfruta de intervenir paredes o carteles sin que nadie sepa quién fue el autor. “Lo que más me atrajo de este soporte, que no implica ni enormes créditos ni enormes sumas de dinero, fue que el público realmente experimente la obra de manera masiva”, detalla. Según explica, “la diferencia con un museo es que allí el visitante paga una entrada pero hubo alguien antes que decidió y controló qué se va a exhibir en las salas; mientras que en la calle nadie puede ejercer ese control”.El artista, que ha intervenido el tramo más largo de lo que queda del Muro de Berlín en la llamada “Galería del lado Este”, viajó con otros graffiteros a Palestina para recaudar fondos: “Nos contaban la situación, sin ser dogmáticos sino intentando que entendiéramos lo que ocurría, y lo más valioso fue que el último día un chico que nos había ayudado a conseguir los materiales y a pintar nos dijo ‘Quiero ser artista y ayudar a los míos con mi arte’”, recuerda.Una de las características del arte callejero que más atrae a English es el compañerismo y la solidaridad entre sus protagonistas. “Hoy hay un ambiente muy prolífico, surgen grandes obras, y eso hace que, de repente, mis mejores amigos sean también mis artistas favoritos”, sostiene. Con tres de esos amigos-artistas English participará (su voz y su caricatura) mañana en el capítulo estreno de Los Simpsons, en Estados Unidos, ayudando a Bart con una pared demasiado vacía.“La muestra de ese compañerismo es lo que ocurre con Banksy: los que conocen su identidad – English jura que él no es parte de ese logia que rodea al graffitero londinense – podrían vender su foto por varios miles de dólares. Y no lo hacen para cuidar su mensaje: que lo que importa no es quién es, sino lo que hace. La cultura del apoyo hace esto crezca”.

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