lunes, 17 de mayo de 2010

PACO Y BINGO


El titular del Comité Nacional radical Ernesto Sanz, aseguró que “por la Asignación Universal por Hijo aumentaron el consumo de droga y el juego”. Sus dichos rememoran la reacción “gorila” contra los planes de vivienda del primer peronismo.





Por David Cufré

De acuerdo con un estudio del Conicet y otros dos institutos de investigación, la Asignación Universal por Hijo logró reducir la indigencia entre 54 y 68 por ciento y la pobreza entre 13 y 32 por ciento, mientras que mejoraron los niveles de equidad social: la desigualdad entre quienes más ganan y los de menores ingresos cayó a su nivel más bajo desde 1986 y la Argentina volvió a aparecer como “el país más igualitario de América latina”. La medida, a su vez, resultó un incentivo potente para que los chicos vayan al colegio y cumplan con los planes de vacunación. Este año se registró un aumento de la matrícula escolar en torno del 20 por ciento. Cuando se consulta a los beneficiarios de la medida, en un 86 por ciento en cabeza de las madres, valoran que para acceder a este derecho no deben pasar por ninguna clase de intermediario y que la Anses –en líneas generales– ha sido eficiente en su implementación. Pero no todo sería color de rosa y existen otros abordajes posibles. Si se sigue al senador radical Ernesto Sanz, hay otro modo de interpretar la cuestión: “Por la Asignación Universal por Hijo aumentaron el consumo de droga y el juego. No se trata de estigmatizar a ningún sector social, son datos de la realidad”, aseguró.


Las polémicas declaraciones no fueron un exabrupto en una charla de café, sino que el presidente del Comité Nacional del radicalismo las repitió al menos en dos ocasiones la última semana. Primero fue el jueves en un acto político en Santa Fe, y luego lo justificó en una entrevista con el programa Contrapunto, de LT9 de esa provincia. “En el conurbano bonaerense la Asignación Universal por Hijo, que es buena en términos teóricos, se está yendo por la canaleta de dos cuestiones: el juego y la droga”, sentenció. En la misma oportunidad se quejó de los piqueteros que pretenden acceder al plan de cooperativas Argentina Trabaja, a quienes caracterizó como “un ejército que paraliza la Capital Federal”. Pero sus reflexiones fueron mucho más allá.


“Estamos hoy perjudicados por un gobierno que cree que la distribución de la riqueza pasa por la distribución de dinero de los gobernantes. Esto tiene que ver con cuestiones que son positivas: jubilaciones, asignación universal, planes sociales. Positivas, digo, en teoría. Pero nosotros creemos que no hay método más potente en redistribuir riqueza, que es generar riqueza y apostar a los sectores que la generan (...). El Gobierno cree que los sectores que generan riqueza son cuasienemigos a los que solamente hay que sacarles en materia de impuestos, retenciones y demás, para luego, desde la Casa Rosada y con la birome en la mano, redistribuirlos en asignaciones universales, clientelismo, planes de cooperativas de trabajo para el conurbano bonaerense, que lo único que generan son esos ejércitos que ustedes vieron ayer (por el jueves) paralizar la Capital Federal (...). Algunas herramientas que son buenas en teoría terminan desvirtuándose en el camino. En el conurbano bonaerense la Asignación Universal por Hijo, que es buena en términos teóricos, se está yendo por la canaleta de dos cuestiones: el juego y la droga. Usted advierte del dos al diez cómo aumenta la recaudación de los bingos y de los casinos, y cómo se nutre el circuito ilegal de la droga a través de la plata que recaudan los famosos dealers de la droga”, continuó.


Consultado sobre el carácter estigmatizante de sus afirmaciones sobre la asignación universal, Sanz manifestó que “es un dato de la realidad”. “Desde el momento que se implementó el programa de Asignación Universal por Hijo, los datos marcan que lo que se venía gastando en juego y en droga ha tenido un crecimiento y no hay otra razón, no lo veo yo, no lo ven los analistas. No hay otra razón que no sea la de incorporar esa inmensa masa de dinero que circula, por lo menos en los datos del conurbano”, insistió, aunque no precisó quiénes serían los analistas ni los estudios a los que hizo referencia.


En la entrevista en LT9, Sanz volvió sobre el punto: “No es estigmatizar a personas, es simplemente dar cuenta de una realidad. Además, cuando estamos hablando en estos términos no lo estamos haciendo en contra de las personas que reciben la Asignación Universal por Hijo, lo estamos haciendo, en todo caso, en contra de una realidad que promueve o que facilita en esos lugares el juego y la droga”, indicó.


Una de las conclusiones del documento del Conicet, el Cenda y el Profope, que da cuenta de la caída de la indigencia y la pobreza gracias a la incorporación de desocupados, trabajadores en negro, empleadas domésticas y monotributistas sociales al derecho de la asignación por hijo es que este beneficio es lo contrario a la teoría del derrame de los ’90. “En aquel caso se proponía que las ventajas del crecimiento económico generado por una cúpula cayeran sobre el resto de la sociedad. Ahora, el dinero aparece por abajo –con todos los reparos que tenemos por esa expresión– y derrama hacia arriba con un aumento de la demanda para la industria alimentaria, textil, de juguetes, para el comercio y otras actividades”, describió Demián Panigo, del Conicet.


Sanz había sido el único senador de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los DNU que se había negado a firmar el dictamen de mayoría que avaló esa medida del Poder Ejecutivo. También se opuso, con otros motivos, la diputada de la Coalición Cívica Marcela Rodríguez. En su exposición, el radical había afirmado que si bien acordaba “políticamente con la decisión tomada” por el Gobierno, “el hecho de que haya elegido la vía del Decreto de Necesidad y Urgencia obliga a decir un sí o un no, cuando hubiera sido mejor una ley para mejorar la redacción de la norma”. Con sus dichos de la última semana, Sanz acaba de poner en claro hacia dónde apuntaba “la mejora en la redacción de la norma” que no tuvo oportunidad de exponer en la Bicameral.


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