miércoles, 12 de mayo de 2010

SIETE SIGLOS DESPUÉS, VEN LA LUZ DATOS SECRETOS DEL JUICIO A LOS TEMPLARIOS


El Vaticano exhibió los documentos de la Inquisición contra la orden más mítica de la historia de la Iglesia. El juicio contras los legendarios monjes católicos.



Por: Julio Algañaraz




El Vaticano hizo público ayer el "Processus contra Templarios", los extraordinarios documentos de la investigación pontificia realizada en Poitiers, Francia, en 1308, de la orden de los Caballeros del Templo, la más rica, misteriosa y plena de mitos de la historia bimilenaria de la Iglesia. Pero el prefecto del Archivo Secreto del Vaticano, monseñor Sergio Pagano, aclaró ante la prensa internacional que en las intenciones de la Santa Sede no hay "ninguna voluntad de celebración o rehabilitación de los Templarios, cuya orden fue disuelta por el Papa francés Clemente V y destruida por el rey de Francia Felipe el Hermoso".

Entre la documentación que según el Vaticano estuvo traspapelada en el Archivo Secreto durante siete siglos figura el Pergamino de Chinon, descubierto por la investigadora pontificia Barbara Frale, que ayer estaba en la ceremonia. Es el documento clave del proceso contra los Caballeros del Templo, así llamados porque un tiempo después de haber fundado la Orden en Jerusalén, en 1118, se trasladaron a una sede cercana al templo de Salomón.

"Cuando encontré el Pergamino que había quedado escondido por error de catalogación durante tantos siglos y era buscado por decenas de investigadores, no podía creerlo" dijo.

Monseñor Pagano dijo que aunque los documentos eran conocidos, el haberlos encontrado ha permitido poner en venta 799 ejemplares que costarán 5.400 euros cada uno, un libro con la reproducción exacta del Pergamino de Chinon y otros materiales preciosos.

Los documentos, dijo Frale, demuestran que el papa Clemente V debió sufrir la iniciativa del proceso por herejía a los Templarios que quería a toda costa Felipe el Hermoso. El Pontífice debió "sacrificar la Orden para evitar un cisma y salvar la unidad de la Iglesia". Clemente V aceptó en 1308 disolver la orden, pero no condenó a los Caballeros de Cristo por herejía sino por causas como el ejercicio de la violencia, abusos y actos pecaminosos.

Felipe el Hermoso quería quedarse con las inmensas riquezas acumuladas por los Templarios desde su fundación en 1118. En el siglo XIII la orden de monjes católicos guerreros más legendaria se había extendido por toda Europa. Eran más de 30 mil y custodiaban a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa y guerreaban en las Cruzadas. El rey de Francia se había endeudado en la financiación de la Guerra de los Cien Años contra Inglaterra y necesitaba quedarse con los bienes que poseían y administraban los Templarios, que eran consejeros de los banqueros de Europa.

En 1291 los cristianos fueron expulsados para siempre de Tierra Santa y la Orden trasladó su cuartel general a la isla de Chipre, que habían comprado.

El último de los "Maestres", Jacques de Molay, viajó en 1300 a París para convencer al rey de que organizara una nueva Cruzada contra los infieles musulmanes. Pero Felipe el Hermoso no estaba para otras guerras y el 13 de octubre de 1307, con la complicidad del papa Clemente V, ordenó arrestar a De Molay y a los caballeros en Francia, que sólo en París eran 150. Los Templarios fueron acusados de delitos horribles como escupir crucifijos y practicar la sodomía en las ceremonias de iniciación. Acusaciones falsas que las víctimas eran obligadas a "confesar" bajo tortura. Quién se negaba tenía un único destino: el "auto de fe", la pira incendiaria ante la Santa Inquisición.

De Molay y su segundo, Geoffrey de Chanay, subieron al patíbulo en 1314, levantado ante la Catedral de Notre Dame. Ambos habían abjurado de sus confesiones y proclamaron su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Mientras ardía en la hoguera, De Molay lanzó una maldición histórica hacia el rey y el Papa. Cuarenta días después Clemente V murió de disentería y en diciembre Felipe el Hermoso murió al caer del caballo.

Los Templarios están rodeados de leyendas y mitos, como en parte resumió Dan Brown en su célebre El Código Da Vinci. Se decía que poseían la sagrada copa de Cristo de la Ultima Cena, el Santo Grial. También que habían trasladado a Francia a los descendientes de la unión matrimonial entre Cristo y María Magdalena. Que tenían en sus manos el Arca de la Alianza entre Dios y el pueblo de Israel. Que su flota intacta, tras huir de la persecución de Felipe el Hermoso, había llegado a las costas de América casi dos siglos antes que Colón.

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