En pocos días, en la Villa 31 y 31 Bis de Retiro, comenzará la instalación de cloacas, agua corriente, una red pluvial y adoquinado de calles. La relocalización de 160 viviendas aún no fue consensuada con los vecinos. Las obras estarán a cargo de cooperativas de vecinos.
El gobierno porteño anunció ayer que iniciará en los próximos días obras de infraestructura para abastecer de agua corriente, cloacas y desagües pluviales a las villas 31 y 31 Bis, en Retiro. El plan también contempla la mejora de las calles de acceso y la construcción de veredas y prevé el traslado de 160 viviendas ubicadas junto a la Autopista Illia, medida que “aún no fue consensuada con los vecinos”, según admitió el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli. El interventor judicial en ambas villas, Javier Fernández Castro, opinó que las obras de infraestructura “son compatibles con el plan de urbanización previsto por la ley que sancionó la Legislatura”, pero aclaró que “la relocalización de viviendas no ha sido planteada en la Mesa por la Urbanización de la Villa 31, que es donde debería discutirse el tema según establece la ley”. “No puede mudarse nadie si no lo aprueba la Mesa de Urbanización”, enfatizó Fernández Castro en declaraciones a Página/12.
El llamado Programa de Mejoras para el Espacio Público de las villas 31 y 31 Bis fue presentado ayer por Santilli junto al jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Los funcionarios explicaron que en total se invertirán 18,4 millones de pesos en el proyecto, que comenzará a implementarse en los próximos días y debería estar terminado para marzo del año que viene, según prometieron.
“No son las obras de urbanización aprobadas por la Legislatura, sino obras complementarias”, aclaró Santilli. La urbanización prevé una inversión estimada en 1000 millones de pesos y para su concreción requiere de la previa cesión –expropiación mediante– de tierras donde deberían construirse las viviendas que hay que relocalizar. Ese plan contempla además la radicación y mejora de la mayoría de las actuales viviendas del barrio.
Las obras anunciadas ayer consisten en la instalación de infraestructura subterránea (distribución cloacal, agua corriente y desagües pluviales) a lo largo de la Calle 9 –la arteria principal de la Villa 31– y de la Colectora, que surca la 31 Bis. También contempla “mejoras de las fachadas de sectores de ambas arterias con salpicré de colores, el empedrado de las dos calles con los adoquines que la ciudad viene sacando de las calles y están en desuso, y el armado de un corredor verde en el lateral de la autopista”, precisó Santilli.
Para construir ese corredor verde, el proyecto prevé la relocalización de 160 viviendas ubicadas sobre el borde de la Autopista Illia, 80 en el extremo norte de esa vía y 80 en el tramo sur. El problema es que esa operación aún no ha sido consensuada y ni siquiera consultada con los vecinos, según admitieron los funcionarios. “El consenso se va a ir logrando a medida que se inicien las obras y los vecinos vean que lo que se prometió se está cumpliendo”, estimó Santilli.
El arquitecto Fernández Castro, autor del proyecto de urbanización que fue aprobado por la Legislatura y, a la vez, interventor judicial en la villa, opinó ante una consulta de este diario que “los vecinos no deberían enterarse por los diarios que van a ser desalojados porque eso crea mucha incertidumbre”. Agregó que el problema es que “dentro del barrio ya no hay lugar para reubicar a más gente, salvo que se ocupen espacios destinados a plazas, y todavía no hay disponibles tierras para la urbanización”. Se refiere al predio de la empresa Repsol-YPF, lindero al barrio, que sería destinado a la construcción de viviendas a relocalizar, el cual debería ser expropiado por el Estado.
Santilli opinó que “lo ideal es que esas familias se radiquen en otro lado, pero vamos a tratar de ubicarlas dentro de la 31”. Para la construcción de esas 160 viviendas ya está aprobado un presupuesto de 3,6 millones de pesos.
“Todos los trabajos van a ser realizados por cooperativas de trabajadores del barrio”, prometió Santilli, atendiendo a uno de los reclamos de los pobladores. Las obras de infraestructura, anunció, se realizarán de esa manera mediante la operatoria “Agua más trabajo”, de la empresa AySA, que hará la supervisión técnica de las obras. “Eso es imprescindible, ya que ellos van a hacer la conexión a la red troncal de cloacas y agua corriente”, sostuvo el ministro de Ambiente y Espacio Público.
Para la infraestructura a realizar bajo la Calle 9 se presupuestaron 8,5 millones de pesos; para las obras en la colectora, 5,3 millones, para la mejora de las fachadas, 750 mil pesos y para la parquización en el lateral de la autopista –que estará a cargo de la empresa AUSA– unos 400 mil pesos. “La idea es que el Estado tenga presencia dentro de la villa”, definió como objetivo el ministro.
–¿Por qué el Instituto de Vivienda de la Ciudad está ausente en estos planes de urbanización? –le preguntó este diario al jefe de Gabinete.
–Porque se trata sobre todo de un problema de espacio público –respondió Rodríguez Larreta.
–Pero aquí podría dar créditos para mejoras o construcción de viviendas.
–Lo importante es que las obras las haga el gobierno, no importa qué organismo.
En las villas 31 y 31 Bis viven 26.900 personas, de acuerdo con el último censo realizado el año pasado, que el gobierno porteño da como válido y que las organizaciones vecinales cuestionan. En todo caso, la cifra podría ser corregida por el próximo censo nacional a realizarse el 27 de octubre de este año.
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