miércoles, 12 de mayo de 2010

"GENERACIÓN WE": CHICOS MÁS INTELIGENTES Y CON MÁS CONTROL




Por Georgina Elustondo


Lo dicen los padres, los maestros y hasta algunos médicos: los chicos crecen más rápido, maduran antes, son más vivos, más "inteligentes". A todos nos suena, y algo de eso hay: ahora son los expertos en marketing de chicos —estudios del tema y deseosos de hincar el diente en un segmento consumidor como pocos— quienes lo afirman a rajatabla: "A la famosa frase es más fácil que sacarle un caramelo a un chico habría que reformularla —insisten—. Es probable que lo esconda o se lo coma antes de que estés a un metro".

Los niños no son lo que eran. Ingresan antes a la guardería o al jardín (ese espacio público que hasta hace un par de décadas no sumaba miembros antes de los 3 años hoy tiene "clientes" de apenas meses), consumen medios desde la panza, manejan tecnologías ni bien su cuerpo les habilita el gateo, hablan como adultos antes de arañar el metro de altura y preguntan y sueltan frases que hacen trastabillar al mejor parado...

"La velocidad del aprendizaje y hasta la naturaleza de los chicos de hoy ha cambiado, es diferente a la de las generaciones próximas anteriores. Crecen más rápido, tienen cada vez más control y son más inteligentes. Saben cosas que los adultos desconocen", asegura el especialista Enrique Meyer, presidente de Meyer Action Marketing.

Según un estudio de su consultora, hoy los chicos abandonan mucho antes el mundo de la fantasía. "Reconocen la existencia de lo malo mucho más temprano. Antes no ocurría hasta entrada la pubertad", dice. "Un niño de dos años navega por Internet, un chico de tres pregunta por las guerras y los ladrones y uno de cuatro tiene sentido de autoprotección en los lugares públicos. Debemos replantearnos la manera de dirigirnos a ellos en función de la precocidad con que aprenden y toman conciencia sobre la realidad de las cosas: hoy, desde muy chicos saben que en la vida hay cosas buenas y malas, y se defienden y actúan en consecuencia", sostiene Meyer.

Sus investigaciones revelan que los chicos de ahora manejan mucho más dinero del que manejaban sus padres a su edad. Y que también ahorran más y gastan más. "Los niños tienen una mayor madurez respecto al manejo de la plata y son consumidores independientes desde los 5 años. Además, influyen cada vez más en las compras del hogar y se desarrollan lealtades hacia las marcas desde más chicos", asegura.

Todos estos cambios los hacen un segmento muy codiciado por las empresas, porque los niños tienen conciencia de las marcas sin ser sensibles al precio. El negocio es redondo: los "bajitos" piden sin atender las limitaciones del bolsillo paterno. Quieren y punto. Esa cualidad, cruzada con otra tendencia actual, los vuelve aún más jugosos: antes eran los hijos los que pedían cosas a sus padres; hoy son los padres los que les preguntan qué quieren.

Mucha agua ha corrido bajo el puente. El cambio es elocuente, pero los expertos apuran algunas salvedades. Desde el campo de la psicología y la pediatría, los profesionales sólo coinciden a medias con el diagnóstico. "Es cierto que los chicos son más rápidos y desarrollan antes algunas capacidades, pero no tiene que ver con algo evolutivo sino con un cambio de actitud hacia ellos: están más mirados y reciben un bombardeo de información permanente. La familia les presta más atención y los estimula más, y los chicos son una verdadera esponja: si uno los incentiva, aprenden. Están deseosos de hacerlo", dice la psicóloga Stella Maris Gulian, del Centro Dos.

La doctora Alicia Oiberman, investigadora del Conicet y creadora del primer test argentino de inteligencia para bebés, acuerda. "No es que los niños maduren antes. De hecho, caminan, se sientan y controlan esfínteres a la misma edad que hace cientos de años. Las diferencias residen en la importancia que está teniendo hoy el bebé. El niño desarrolla antes algunas habilidades y está más avispado porque lo miran más, lo dejan hacer más cosas, está más suelto. El cerebro del bebé tiene una gran plasticidad neuronal. Si su estructura está sana, el medioambiente es enriquecedor y algún adulto tiene una relación personalizada con él, los estímulos enseguida generan cambios en su desarrollo cognoscitivo", explica.

Las bondades de tanta estimulación tienen su contracara: "Hay que tener cuidado, porque cada cosa tiene su tiempo y las etapas de madurez psicológica no han cambiado", advierte Gulian. "Algunos padres tratan de que su hijo sea el más vivo o el mejor y lo exponen a situaciones que no sabe manejar. Si uno lo apura termina generando problemas. Al saltear etapas quedan cosas sin resolver y después aparecen injertos raros: vemos chicos que parecen muy maduritos y hablan como adultos pero se hacen pis en la cama o no logran dormirse solos. Yo les propondría a los padres y a la sociedad empezar a preguntarnos por qué le damos tanta manija a lo intelectual —dispara la psicóloga—. ¿Qué está pasando con lo afectivo?".


Transformaciones
Silvina Heguy





Aunque hay desigualdades —hace apenas unos días las noticias decían que en la India ponían cunas para que no abandonen en cualquier parte a las recién nacidas y mueran— la niñez ha ganado, y mucho, en los últimos tiempos. Además de consumidores, los más chicos se han vuelto sujetos con derechos y seres para proteger. Los adultos les debemos asegurar la identidad, la educación y el crecer sin trabajar, entre otras cosas. Falta mucho para que esto sea universal. Pero hay chicos que, a los 4 años, saben autoprotegerse y eso es buen terreno ganado.



La tele y los videojuegos, la gran influencia

Los expertos aseguran que cada vez más chicos viven en "hogares electrónicos", donde la televisión, la computadora y los videos juegos tienen fuerte influencia en su desarrollo. Los estudios arrojan que los niños dedican más del 60% de su tiempo de ocio a la tele y que la miran cada vez hasta más tarde.

En Argentina hay, en promedio, dos televisores por hogar. Y el 38% de los chicos tiene televisor en su cuarto (45%, en la clase media y alta), según la socióloga Mónica La Madrid. "La mayoría de los niños perciben que pueden mirar tele todo el tiempo que quieran y más de la mitad deciden por sí mismos qué miran. El 28% asegura que sus padres no ponen límites respecto a los programas que pueden ver —dice—. La independencia de los niños respecto a los horarios en que miran tele, la cantidad de horas que lo hacen y la elección de los programas hubiera sido impensable hace dos décadas. Es una independencia de hecho, en muchos casos ni siquiera buscada ni valorada por los niños".

Otra tecnología que está cambiando la forma de comprender y percibir el mundo entre los niños son las computadoras y los videojuegos. "El 68% de los chicos argentinos juega a los videojuegos a través de la PC —dice La Madrid—. Los videojuegos son el medio principal por el cual los niños toman contacto con la tecnología y llegan a dominarla. La facilidad con que entienden los aparatos electrónicos, su captación inmediata de imágenes complejas, su comprensión de los procedimientos sin necesidad de leer las instrucciones y la seguridad con que manejan los equipos los separa de las generaciones previas. Esas habilidades tendrán consecuencias en su adultez", agrega.












































Certifica.com Certifica.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario