miércoles, 12 de mayo de 2010

SALVADOR ALLENDE: UNA HISTORIA DE DIGNIDAD


Por Stella Calloni (autora de Operación Cóndor)*

El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, es una fecha imprescindible para entender la historia de la dominación norteamericana en el cono sur latinoamericano.


Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor (...) Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición...


Esto es parte del último mensaje que transmitió el ex presidente Salvador Allende al pueblo chileno cuando se negó a entregar el poder a los golpistas, antes de elegir morir con dignidad.
El 11 de septiembre de 1973, pocos antes de las 11.52 horas, un avión Hawker Hunter lanzó la primera carga de cohetes Sura P-3, que con precisión entraron por la puerta principal de la Casa de la Moneda estallando en las dependencias presidenciales y desatando un gigantesco incendio.


La dramática historia de esos momentos, la heroica resistencia cuando los bombardeos se extendían a otro lugares y comenzaba la brutal cacería de miles de víctimas, ha sido contada en estos últimos años.


En el marco de una ofensiva que abarcaba diversos frentes y una guerra sucia inspirada por Washington, que no dejaba respiros, Allende se proponía dar un mensaje a la nación con propuestas para descomprimir la situación el 11 de septiembre, el día elegido para su derrocamiento.


Los últimos gestos de Allende estuvieron marcados por la dignidad y la coherencia con lo realizado durante los tres años de su gobierno, que estuvo bajo la intensidad de todo tipo de acciones encubiertas. En tiempos de fuertes cambios en el mapa latinoamericano la figura del ex presidente chileno se acrecienta y valoriza, pero es importante analizar con otra mirada la magnitud de aquella experiencia en su momento, característica y posibilidades reales.


Y en ese marco recordar todo lo actuado por Estados Unidos desde que comienza a intensificar su persecución a partir de 1964 cuando Allende obtiene el 38 por ciento de los votos quedando en segundo lugar al frente de una coalición de izquierda. Estas actividades se transformarían en una permanente guerra sucia a partir del triunfo de la Unidad Popular en 1970.


La CIA reconoce haber intervenido en el asesinato del general Rene Schneider, en octubre de 1970, cuya doctrina subordinaba lo militar al mandato civil, intentando con este crimen presionar al Congreso para que no ratificara la asunción presidencial de Allende.


A partir de ese momento Washington apoyó todos los frentes de oposición en lo político y en lo parlamentario y grupos terroristas dinamitaron torres de alta tensión y líneas férreas, lo cual no doblegó el apoyo popular a Allende como se demostró en las elecciones parlamentarías de 1971 y municipales de 1973, cuando los partidos de la Unidad Popular crecieron en votos.


En junio de 1973 el primer intento de golpe, conocido como El Tancazo con el alzamiento de un regimiento de blindados, fue derrotado por las fuerzas leales, encabezadas por el general Carlos Prats.


Vale recordar que la campaña contra Prats fue tan brutal que tuvo que refugiarse en Buenos Aires, para no terminar como su amigo Schneider. Aquí fue asesinado junto a su esposa Sofía en un atentado en septiembre de 1974 por comandos conjunto de la CÍA, la policía política de Pinochet (Dina), grupos argentinos de seguridad y de la Triple A, en una anticipada Operación Cóndor, que fue la coordinación contrainsurgente de las dictaduras del Cono Sur, con sede en Chile.


Con el golpe militar de 1973 sobre Chile se extendió la sombra de un terror que perduró a lo largo de los 17 años de dictadura, con sus consecuencias de muerte, destrucción, persecución, torturas, corrupción e impunidad.



Es bueno recodar el informe senatorial estadounidense de 1975 donde se investigaron las acciones encubiertas en Chile determinando que en la década entre 1963 y 1973 "fueron extensas y continuadas". Los informes reconocieron que la CÍA había gastado "tres millones de dólares como esfuerzo para influir en el resultado de las elecciones presidenciales chilenas de 1964. Ocho millones de dólares fueron gastados, secretamente, en los tres años entre 1970 y el golpe militar en septiembre 1973".


Entre 1970 y 1973, la CIA y militares (norte)americanos establecieron contactos con militares chilenos para "reunir materiales de inteligencia y permitir a Estados Unidos entrar en comunicación con el grupo con más posibilidades para arrebatar el poder" a Allende. Por mandato del ex presidente Richard Nixon el golpe se concretó.


Asimismo se estableció que la CIA financió actividades "cubriendo un amplio espectro, desde simple propaganda manipuladora con la prensa hasta apoyo en gran escala de partidos políticos chilenos, desde encuestas de opinión pública hasta tentativas directas para fomentar un golpe militar". También el apoyo a la huelga de los camioneros, acciones de sabotaje y a los grupos privados que actuaban en varios frentes, entre ellos desabasteciendo al país. Entre las actividades 'normales' de la CÍA en Santiago -según el informe- se incluía "la inserción de materiales propagandísticos creados por la Central en los medios de comunicación chilenos mediante el pago, apoyo directo a publicaciones".



Se admite que "11 modelo de acción encubierta de los Estados Unidos en Chile es impresionante pero no único. No solo se alzó en un contexto de política exterior (norte)americana, sino que también se involucraron secretamente en otros países dentro y fuera de Latinoamérica".


La "escala de complicación de la CÍA en Chile fue inusual pero no quiere decir sin precedentes", señala el largo informe que es bueno recordar como un homenaje a Salvador Allende, quien en otro marco histórico debió enfrentar esta "guerra encubierta", que llevó al golpe y a la mayor tragedia vivida por el pueblo chileno.

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