lunes, 10 de mayo de 2010

MI MAMÁ ME MIMA


El nuevo desafío de las escuelas.La lectoescritura basada en repetición de consonantes y vocales quedó en el pasado. La sociedad actual exige múltiples alfabetizaciones. En qué consisten y cuál es el objetivo.


Por Mariana Serrano

"Mamá amasa la masa” o “Paula apila los palos” fueron las frases con las que varias generaciones de argentinos aprendieron a leer y escribir. Hoy es casi impensable alfabetizar a un niño con ese método. La sociedad actual exige a la escuela mucho más que la simple lectura y escritura de palabras que repiten consonantes o vocales para fijar el conocimiento. Además, la institución debe preparar para la inserción laboral y la participación ciudadana en democracia, dos ejes fundamentales en la vida moderna.

Lorena Deus, maestra de primer grado de una escuela privada del barrio de San Cristóbal, comenta: “Ni se me ocurre enseñarles a mis alumnos de esa forma, en la actualidad se realizan actividades más reales donde los chicos van escribiendo a su manera, de acuerdo al estadio en el que se encuentran, presilábico, silábico etc. Y van realizando hipótesis de lectura... arman carteles para la venta de algo en la escuela o escriben el final de un cuento que leyó la maestra o cuentan lo que hicieron el fin de semana...”.

“La alfabetización en la lectoescritura fue durante muchos años la tarea central, y casi única de la escuela –explican Inés Dussel y Myriam Southwell–. Desde fines del siglo XIX, la escolaridad elemental amplió esa propuesta para incluir lo que consideraba conocimientos básicos necesarios para la vida en sociedad, definidos desde diversas perspectivas: contenidos para la formación moral, el trabajo, la inclusión en la sociedad nacional y la ciudadanía, entre otros”. Y agregan: “En los últimos años, empezó a formularse la necesidad de incluir otros saberes básicos igualmente importantes para considerar que la escuela ha cumplido con éxito su misión. Se habla de alfabetizaciones emergentes y de alfabetizaciones múltiples, para referirse a la adquisición de un conjunto de saberes que abarcan otras áreas. Entre esas alfabetizaciones, se menciona a la digital y la mediática, pero también a la ciudadana, la económica, e incluso la emocional...”.

Kevin S, de 13 años, egresado de séptimo grado de una escuela religiosa de Palermo, cuenta: “En mi escuela, el año pasado, con la maestra de lengua e informática, armamos publicidades con un programa que se llama Movie Maker. Trabajamos un montón, eligiendo y rearmando las imágenes y los textos. Además hicimos un blog para que la gente de la escuela o de afuera opinara sobre distintos temas como el uso de los celulares en la escuela, la violencia de los dibujos animados, y otros que ahora no me acuerdo...”.

Acorde con estas nuevas ideas y con el objetivo de capacitar a los docentes, se está desarrollando en el Cepa (Centro de Pedagogías de Anticipación), el postítulo sobre “Nueva alfabetizaciones”, cuyo propósito es incluir saberes básicos que la escuela debería transmitir y que definen qué significa hoy ser una persona alfabetizada.

Y un equipo de profesionales coordinado por Analía Segal, en el que participaron Piero Bona, Inés Dussel y Roxana Perazza –con el apoyo de Flacso Argentina y otras organizaciones–, desarrolló “Urgente: Mensaje”, el primer videojuego argentino que apunta a incluir en el aula nuevos medios de enseñanza. “Año 2025. El mundo es una enorme red por la que se desplazan a diario millones de personas. Importantes elementos han de ser transportados de una parte a otra del mundo. Esa es tu misión”. Así comienza y las misiones que propone, entre otras, son: “¡Fuera, bicho!”, “Interactivarte”, “Regreso a su tierra”, y “Cementerio tecnológico”.

Alicia Camilloni redobla la apuesta y explica la alfabetización múltiple, que implica ciencia, tecnología, información y valores ciudadanos (ver recuadro): “La escuela es indispensable para desarrollar esos temas, deben darse en el período de educación obligatoria teniendo en cuenta que interactúan entre lo personal, la ciudadanía y el estudio y el trabajo”.

Para Emilia Ferreiro, la definición de “persona alfabetizada” es siempre relativa a un lugar y a un tiempo histórico. “No se trata sólo de conocer el alfabeto sino de poder circular en el entramado de las prácticas sociales que definen la ‘cultura escrita’ de cierta sociedad en determinado momento de su desarrollo histórico. Es importante en este momento porque estamos asistiendo a un cambio técnico en los recursos disponibles para producir y hacer circular textos. Las herramientas informáticas nos permiten leer, desde nuestro escritorio, textos que se encuentran ‘materialmente’ a miles de kilómetros de distancia, en alejadas bibliotecas. El teclado se ha vuelto un instrumento cotidiano para buscar información, llenar una solicitud, escribir a los amigos, pagar los impuestos y una larga lista de funciones difíciles de imaginar hasta hace pocos años”.

Los requisitos para considerar actualmente a una persona como alfabetizada han aumentado como resultado de las nuevas tecnologías que, es bueno tenerlo en cuenta, llegaron para quedarse.

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