Con calificaciones peyorativas y hasta imágenes apócrifas, los diarios de la península demuestran que no importa la noticia sino cómo se planta a los personajes en ella.
A los ricos les sienta muy mal dejar de serlo”, había dicho Juan Luis Cebrián, en 2008. Tal vez sin advertirlo, el presidente ejecutivo del Grupo Prisa, propietario del diario El País, clarificó el panorama sobre lo que representa en la actualidad la disputa por el sentido para los medios españoles.
Con el correr de la crisis, que este año elevaría a un 26,9 por ciento el desempleo en el Estado que preside Mariano Rajoy, El País, ABC y La Razón profundizaron la toma de posición sobre sus coberturas latinoamericanas, olvidando la rigurosidad que alguna vez cultivaron. En ese marco, La Razón, por ejemplo, calificó peyorativamente a la presidenta Cristina Fernández como “Doña Cristina” o “Madre de los necesitados”, según la necesidad. También El País hizo lo propio en estos días, señalando al gobierno argentino como tiránico tras los anuncios sobre una posible reforma del Poder Judicial.
Para los diarios españoles parece no importar la noticia, sino la manera de plantar a los personajes en ella. “El año pasado recibimos la visita de profesores de la Universidad Complutense de Madrid y se sorprendieron mucho por la situación del país porque, decían, a España llegaban noticias desoladoras sobre lo que ocurría aquí –recordó Alicia Entel, directora de la Fundación Walter Benjamin, en diálogo con Veintitrés–. El País se ha convertido en una de las propuestas más amarillistas que se haya conocido en los últimos tiempos. Ya no sólo es vergonzoso, sino perverso”.
Un antecedente insoslayable es el debate abierto a partir de la foto apócrifa del presidente venezolano Hugo Chávez que, bajo el título “El secreto de la enfermedad de Chávez”, publicó El País en enero de este año. Si bien ese “desliz” se atribuyó a la flexibilización que enfrentaba el diario, que unos meses antes había echado a 301 trabajadores –entre ellos sus plumas más reconocidas–, para Entel “existe una toma de posición por cuestiones político económicas, los medios no son ajenos a eso. Estigmatizan no sólo a los líderes latinoamericanos, sino también a los pueblos de este continente en función de intereses propios, porque en el caso de Prisa está claro que se orienta a lo que dicta el gobierno español presionado por los intereses empresarios, y la decisión de nacionalizar YPF no es menor”. En abril del año pasado, ABC calificó la expropiación como una “decisión emocional” del gobierno argentino.
“La manipulación es tan grande como la impunidad –comparó Entel–. En muchos casos, las calificaciones que algunos medios españoles dan a situaciones latinoamericanas rozan lo ilegal. Lamentablemente queda claro que la calidad de la información ya no depende de la ética de los periodistas, sino de las empresas para las que trabajan”.
Fuente: Revista Veintitrés.
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