Cristina Fernández se convirtió en la primera presidenta en visitar la villa 31, después de Perón. Puso en marcha un centro de atención jurídica, en acuerdo con los curas villeros, y un centro informático. Recibió reclamos por la urbanización.
Por segunda vez en la historia, un presidente recorrió la Villa 31 de Retiro. En 1973 fue Juan Domingo Perón, sorpresivamente, en una visita al cura Carlos Mugica, quien justo ese día no estaba en el barrio. Ayer fue Cristina Fernández, quien llegó a la capilla Cristo Obrero para homenajear al sacerdote, al cumplirse 36 años de su asesinato. Fue una celebración religiosa, política y también social, porque se inauguró un oficina de asesoramiento jurídico, un centro informático y una terminal de la Anses para uso de los vecinos. “No se lucha contra la pobreza únicamente rezando o leyendo el Evangelio. Hay que trabajar muy duro y enfrentar a los factores de poder, para vencer las verdaderas causas de la pobreza”, dijo la Presidenta, al rescatar la personalidad de Mugica y hacer, a la vez, una alusión tácita a las críticas que la jerarquía de la Iglesia hace a su gobierno. Los vecinos aprovecharon para reclamarle a la Presidenta una mayor participación de los organismos del Estado nacional en la Mesa por la Urbanización de la Villa (ver recuadro).
El acto se inició al mediodía, cuando llegó la Presidenta a la pequeña capilla ubicada a metros de la avenida Castillo y la Autopista Illia, en un sector de la Villa 31. Ese es el lugar donde desarrolló su tarea pastoral el sacerdote asesinado en 1974 por la Triple A. En ese lugar están sepultados sus restos.
Después de recorrer el interior del templo, Cristina Fernández descubrió una placa en homenaje al sacerdote, y el párroco Guillermo Torre leyó una oración escrita por el propio Mugica en 1969, dedicada a los habitantes de la villa, que termina con la frase: “Señor, sueño con morir por ellos; ayúdame a vivir para ellos”.
En el acto estaban presentes los sacerdotes de la Pastoral de Villas, con el padre Pepe Di Paola a la cabeza. El padre Guillermo fue el encargado de firmar un acuerdo con el ministro de Justicia, Julio Alak, para la instalación de un Centro de Asesoramiento Jurídico gratuito para los vecinos del barrio, que funcionará en la capilla Nuestra Señora del Rosario, cerca de la terminal de ómnibus.
“El padre Mugica dio la vida por los pobres, murió por luchar por la justicia. Hoy vamos a abrir en el barrio un lugar para acceder a la Justicia”, sintetizó el párroco, impulsor de ese acuerdo.
Luego, la ministra de Industria, Débora Giorgi, que dejó inaugurado un centro de informática para el barrio, firmó otro acuerdo con el titular de la Anses, Diego Bossio, para instalar allí una terminal de ese organismo, desde donde se puedan iniciar trámites para la Asignación Universal por Hijo y para jubilaciones y pensiones. Ambos emprendimientos constituyen la primera presencia del Estado dentro de la villa, además del centro municipal de salud.
El micrófono estaba fuera de la capilla, frente a un patio cubierto por un techo de chapas, donde se ubicaron unas trescientas personas, entre vecinos, militantes y funcionarios. Afuera, centenares de vecinos trataban de seguir el acto detrás de las vallas, sobre el terraplén de la autopista.
Desde ese micrófono, la Presidenta recordó sus tiempos de estudiante de Derecho, en La Plata, en la década del 70, cuando “íbamos a las villas y a los barrios a dar asesoramiento jurídico como una forma de militancia”.
“Hoy el asesoramiento llega de parte del Estado”, enfatizó.
Cristina Fernández destacó el trabajo de Mugica, “un hombre que, perteneciendo a las clases acomodadas, optó por comprometerse con los pobres”. Pero sobre todo resaltó que el sacerdote asesinado tenía una “identidad política”. “Los pobres necesitan de un movimiento político que se identifique con su lucha”, dijo Cristina y agregó: “No se enfrenta a la pobreza solamente rezando o leyendo el Evangelio. Hay que trabajar duro y enfrentar a los factores de poder para vencer las verdaderas causas”.
En el acto estaban presentes la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi; el secretario de Relaciones con la Comunidad, Edgardo Depetri; el interventor judicial en la villa, Javier Fernández Castro, y los legisladores porteños Juan Cabandié, Tito Nenna y María José Lubertino.
Al final, algunos vecinos le entregaron ramos de flores a la Presidenta y hasta hubo una mamá que hizo pasar a su bebé de mano en mano hasta llegar a los brazos de Cristina, para la foto de rigor. La salida fue más tumultuosa que la entrada: la jefa de Estado recorrió más de cien metros saludando a vecinos y vecinas.
Luego, la ministra Giorgi inauguró un Centro de Enseñanza y Acceso Informático, que cuenta con diez computadoras para que los vecinos “puedan acceder a Internet y otras herramientas educativas”, instalado por el Programa Mi PC, que depende de ese ministerio y cuyo objetivo es “la inclusión digital de los sectores sociales más vulnerables”. El centro fue ubicado en el Club Cancha 9, sede de la Cooperativa El Salvador. El programa Mi PC lleva instalados 129 centros, con el objetivo de “reducir la brecha digital a través de la inclusión al mundo informático de todos los sectores sociales”.
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