A quince meses de que los curas villeros denunciaran que la droga en las villas están despenalizadas de hecho, hoy "la situación es gravísima y lo que viene es peor aún, salvo que todos juntos pensemos y ejecutamos una respuesta". Así reza la convocatoria a la jornada "El desafío del paco", en la que los sacerdotes que ejercen su ministerio pastoral en las villas de emergencia porteñas relatarán su experiencia sobre la irrupción de un flagelo que "nos sorprendió a todos".
Quien habla es Gustavo Barreiro, coordinador general del Hogar de Cristo, un emprendimiento de la parroquia Virgen de Caacupé, que atiende a la población en riesgo de las villas 21-24 de Barracas, y que desde hace dos años se esfuerza por avanzar en el tratamiento, la recuperación integral y la reinserción de chicos adictos a las drogas. Inaugurado por el cardenal Jorge Bergoglio en la Semana Santa de 2008, pasaron por allí 300 chicos, que gracias al trabajo de 85 voluntarios le encontraron sentido a la vida y se animaron a declararle la guerra al paco. La finalidad es reinsertarlos en la sociedad. Los chicos concurren en una primera etapa al centro de día, donde reciben herramientas para empezar a tener una mejor calidad de vida, trabajando y estudiando. El proceso se completa con una etapa en la Granja Madre Teresa, de General Rodríguez, donde permanecen cinco meses en comunidad.
Estas y otras experiencias presentará la Vicaría Episcopal para las Villas de Emergencia del arzobispado porteño, que conduce el padre Pepe Di Paola, el próximo jueves 24 de junio ante un grupo de invitados especiales.
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