LOS CLASICOS RESTORANES ALEMANES Y LOS PUBS IRLANDESES COMPLETAN EL MAPA CERVECERO PORTEÑO.
La cultura de la cerveza desembarcó en Buenos Aires con códigos propios. El consumo se fragmenta, las cervecerías se multiplican en los barrios y ahora, hablar, saber y entender de este asunto es casi tan fashion como en su momento fue conocer los secretos del vino. El fenómeno dio lugar a un nuevo hábito: el consumo de cerveza artesanal, que hace cinco años sólo se conseguía en dos bares y ahora suman cerca de 20 los locales donde la elaboran a la vista.
Las burbujas con sello propio surgieron por el fin de la convertibilidad, que borró del mapa las latitas importadas. "La misma calidad y un precio accesible fueron las claves para el crecimiento", explica Hernán Belliora, uno de los responsables del Buller Brew Pub, el primer local que se instaló en la Ciudad, en Recoleta, y que a fin de mes abrirá otra sucursal en el Microcentro.
"Empezó como un hobby, después se transformó en una pasión y ahora es un negocio". Luis García, dueño del Ru Bar de Palermo Viejo, arrancó en noviembre de 2004 con 40 litros por mes. Y ahora los multiplicaron por cinco. "La diferencia con las industriales radica en el tratamiento y las materias primas que se utilizan", explica desde la barra, con los tanques de fondo.
La movida también se extiende a algunos restoranes como Divina Patagonia y Aires de Patagonia, por ejemplo, que venden porrones El Bolsón, una marca de cerveza artesanal pionera, que nació en 1985 en Río Negro y se comercializa en supermercados.
Sin embargo, no es tan fácil conseguir artesanales lejos de su lugar de origen. Porque la clave está en que mantengan su esencia de "hechas en casa". "Se valora que no tengan aditivos ni conservantes. Por ahora la consume un público exclusivo que busca la calidad", se jacta Eliseo Tumutti, un fabricante que le vende a la comunidad irlandesa y que es miembro de la Asociación de Cerveceros Artesanales. Esta entidad nuclea a 126 socios en todo el país, pisando fuerte en Córdoba y la Patagonia.
En el Gran Buenos Aires también abrieron algunas microcervecerías. Cristian Hog se especializó en San Diego y en 2000 inauguró Stone en Pilar: arrancó con una producción de 700 litros y ahora vende más de 3.000. "Hay mucho interés en conocer sabores distintos al típico producto comercial", dice. Más allá de las promociones, probar una cerveza artesanal cuesta el doble que una marca industrial.
Las cervecerías artesanales —con un perfil moderno, de música electrónica y un menú de tapas y delicatessen— comparten hoy el mapa con otros dos circuitos de tradición: las cervecerías alemanas de ambiente familiar y contundente gastronomía (ver Los restoranes...) y los pubs del Microcentro (ver Entre...), donde se imponen las importadas.
Fue en estos bares donde tuvo su pico más alto el fanatismo porteño por la cerveza: en los festejos de San Patricio, el 17 de marzo, 50 mil personas coparon el Bajo. El segundo Beer Festival fue otra de las convocatorias masivas que reunió en La Rural a más de 40 mil almas sedientas.
Los números, a nivel nacional, son más espectaculares. Según la Cámara de Cerveceros Argentinos, el consumo anual es de 13 millones 300 mil hectolitros, cerca de 35 litros anuales por persona, de acuerdo a cálculos de Antonio Fovakis, gerente de la Cámara: "El año pasado las ventas aumentaron un 5%", cuenta.
Mientras, el fenómeno de los fabricantes caseros encierra fanatismos personales. Como el del dueño del bar Dalinger, Claudio Dalinger, que investigó durante un año distintas combinaciones. Este doctor en química desarrolló variedades con reminiscencias a café, cilantro y cáscara de naranja amarga que ahora vende en su local de Palermo Viejo. Mariano Leguini (31), un habitué, cuenta: "Me trajo un amigo, empecé de a poco y ahora juego a distinguir si tienen sabor tostado o frutado. Siempre hay algo por descubrir". Mariano se entusiasmó tanto con la novedad que piensa en fabricar su propia cerveza en casa.
"Arrancamos con una lista de correo electrónico hace cinco años. Empezamos 10 y ahora somos 700", se enorgullece Mauricio Wagner, creador del sitio www.cerveceroscaseros.com.ar, donde paso a paso explican cómo fabricar cerveza en un dos ambientes. También proliferan los cursos y talleres a cargo de maestros cerveceros: Marcelo Cerdán es uno de ellos y en sus clases no falta la pregunta: "Espuma, ¿sí o no?". "La mayoría se sirve con uno o dos dedos de espuma. El argumento es que la espuma preserva la cerveza mientras se la bebe, pierde menos gas y mantiene las características aromáticas".
La cerveza, como el cafecito, el asado o un buen tinto también forma parte del ritual porteño de encontrarse con amigos. Un ritual que ahora suma más sabores a la hora de brindar.
Un chop para cada plato
Ale: elaborada por fermentación a altas temperaturas, originaria de Inglaterra, con un contenido alcohólico que varía entre medio y alto. El maestro cervecero Marcelo Cerdán aclara que, si es frustada, puede acompañar al cordero. Y si es pálida, va con el asado criollo.
Abadía: es una cerveza fuerte que la elaboran en forma artesanal los monjes trapenses en las abadías. Se la puede degustar con quesos fuertes.
Blanca: se hace en base a trigo. Puede servírsela con postres que incluyan frutas.
Kriek: cerveza elaborada con cerezas, típica de Bélgica. Algunas cervezas belgas combinan a la hora de los postres con tortas secas.
Lager: cerveza elaborada por fermentación baja, es rubia y ligera. Cuando realza el sabor de la malta se la sugiere para acompañar platos con cerdo. También es ideal para las pizzas (aunque en este caso no desentonan para nada las cervezas industriales).
Pilsen: es clara, con un contenido alcohólico medio. En su variante amarga acompaña muy bien a los pescados y al asado criollo.
Stout: un estilo de cerveza negra con gran carga de sabores y aromas tostados, alto contenido alcohólico, originaria de Irlanda. Una tradición en Gran Bretaña es combinarla con ostras. También se la aprecia muy bien con chocolates.
Abadía: es una cerveza fuerte que la elaboran en forma artesanal los monjes trapenses en las abadías. Se la puede degustar con quesos fuertes.
Blanca: se hace en base a trigo. Puede servírsela con postres que incluyan frutas.
Kriek: cerveza elaborada con cerezas, típica de Bélgica. Algunas cervezas belgas combinan a la hora de los postres con tortas secas.
Lager: cerveza elaborada por fermentación baja, es rubia y ligera. Cuando realza el sabor de la malta se la sugiere para acompañar platos con cerdo. También es ideal para las pizzas (aunque en este caso no desentonan para nada las cervezas industriales).
Pilsen: es clara, con un contenido alcohólico medio. En su variante amarga acompaña muy bien a los pescados y al asado criollo.
Stout: un estilo de cerveza negra con gran carga de sabores y aromas tostados, alto contenido alcohólico, originaria de Irlanda. Una tradición en Gran Bretaña es combinarla con ostras. También se la aprecia muy bien con chocolates.
Algunas propuestas
Cervezas artesanales
Brewhouse Club: Estados Unidos 745.
Buller Brewing Co: Pte. R. M. Ortiz 1827.
Viejo Belgrano Brew Pub: Amenabar 2363.
Dalinger: Gorriti 5801.
Ru Bar: Humboldt 1585.
Gibraltar: Estados Unidos y Perú.
La Bataraza: Rawson 3889, La Lucila.
Stone Brewing Co: Panamericana km. 53,5, Pilar.
Pubs
The Clover: Piedras 78.
Downtown Matías: San Martín 979.
The Kilkenny: Marcelo T. de Alvear 399.
Shamrock: Rodríguez Peña 1220.
Dubliner's: Humboldt y Nicaragua.
Restoranes alemanes
Baviera: Ciudad de la Paz 2095.
Gambrinus: F. Lacroze 3779.
Bar Alemán: Av. San Martín 5992.
Zum Edelweiss: Libertad 431.
Hermann: Santa Fe 3902.
Bodensee: Soldado de la Independencia 1238.
Brewhouse Club: Estados Unidos 745.
Buller Brewing Co: Pte. R. M. Ortiz 1827.
Viejo Belgrano Brew Pub: Amenabar 2363.
Dalinger: Gorriti 5801.
Ru Bar: Humboldt 1585.
Gibraltar: Estados Unidos y Perú.
La Bataraza: Rawson 3889, La Lucila.
Stone Brewing Co: Panamericana km. 53,5, Pilar.
Pubs
The Clover: Piedras 78.
Downtown Matías: San Martín 979.
The Kilkenny: Marcelo T. de Alvear 399.
Shamrock: Rodríguez Peña 1220.
Dubliner's: Humboldt y Nicaragua.
Restoranes alemanes
Baviera: Ciudad de la Paz 2095.
Gambrinus: F. Lacroze 3779.
Bar Alemán: Av. San Martín 5992.
Zum Edelweiss: Libertad 431.
Hermann: Santa Fe 3902.
Bodensee: Soldado de la Independencia 1238.
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