miércoles, 9 de junio de 2010

DIVIDIDOS EN EL LUNA PARK: SOBRIOS Y A LAS PIÑAS


Mollo, Arnedo y Ciavarella presentaron Amapola del 66 en el Palacio de los Deportes porteño.



"Buenas noches, muchas gracias por estar aca despues de ocho años sin disco nuevo. Ahi vamos", dijo Ricardo Mollo a modo de introducción. Ya había sonado la metafísica e indeleble versión de "El arriero" " y el power dúo de Mollo y Diego Arnedo + Catriel Ciavarella (batería) iniciaban el recorrido por Amapola del 66, que tendría paradas en todas las estaciones del disco. Sí, habían pasado ocho años desde Vengo del placard de otro (2002). Demasiado tiempo. Tanto como para que Divididos no hubiera tenido disco nuevo en toda la era de los mega festivales.

Amapola del 2010: Si por un lado los fans estaban ansiosos por un nuevo disco de Divididos, también quedó claro que la banda tenía todas las ganas de tocarlo. De las más roqueras a las más telúricas, pasando por las más cancioneras: "Hombre en U", "Buscando un ángel", "Mantecoso", "Muerto a laburar", "Amapola del 66", "La flor azul", "Senderos", "Jujuy", "Caminando", "Boyar nocturno", "Avanzando retroceden", "Perro Funk" y "Todos", fueron pasando de a una, sin apuros. El público de un Luna a tope cantó varias, se sacudió con otras, se conmovió en más de un caso y siempre se mostró dispuesto a escuchar. Sonaron todas casi perfectas y con el plus del vivo. Es casi redundante, pero pocas bandas suenan tan sólidas y vitales en un escenario como Divididos. "Gracias por fumarse todo el disco", diría sobre el final el propio Mollo.


Intensidad y belleza, no tan al palo: Siempre con una excelente puesta de luces con incluyó una pantalla detrás del escenario que tiraba imágenes para enmarcaban visualmente las canciones y una reproducción en movimiento del molino de la tapa del disco, la banda le dio un gran segmento del show a canciones que se acercaban a las diferentes geografías del país y se desentendían del alto voltaje. "Vientito del Tucumán", "Par Mil", "Avanzando retroceden", "La Flor Azul", "¿Qué ves?" y la bellísima "Guanuqueando" formaron parte de ese recorrido profundo que le dio más colores, historias y olores a la noche.


Con un ejército de mis amigos: Peteco Carabajal (violín), Sandra Farias (danza y bombos), Nazareno Saavedra (bombos), Gustavo Valeriano (guitarra), Facundo Nardote (lap steel), José González (vientos), José Toconás (charango), Rubén Patagonia (voz), Micaela Chauque (voz); y Fabiana Cantilo (voz), Isabel de Sebastián (voz), Claudia Puyó (voz) y Ciro Fogliatta (teclados) -estos últimos para una versión de "With A Little Help From My Friends" (The Beatles)-, fueron los invitados de la noche. No se trató de encuentros para la foto, protocolo o sumar nombres. La clave fue la música y sobre todo hacerle justicia al cada vez más decidido y rico desembarco de Divididos en la cultura de la tierra.


Fiebre de miércoles pasada la medianoche: Después se alternarían canciones nuevas, algún regreso al norte, una visita al sur y Mollo anunció: "a partir de acá, un poco de rock & roll que no viene nada mal". Entonces se sucedieron "Sucio y Desprolijo" (Pappo's Blues), "Rasputín", "El 38", "Ala Delta", "With A Little Help From My Friends" (la versión no resultó tan atractiva como podía imaginarse), "Amapola del 66" (dedicada a Gustavo Cerati) y la yapa de "Nextweek", con zapada final y Mollo bajando del escenario y abrazándose con decenas de fans. Habían pasado tres horas de música que confirmaron que -más allá que algunos nos quedamos con ganas de más novedades en "Amapola del 66" -, Divididos sigue siendo una banda viva, en movimiento y capaz de dar shows de una seriedad y compromiso que la distinguen de la mayoría de sus pares. El trío volvió a brillar por peso específico -¡cómo cantó Mollo!-, repertorio y el cuidado con el que llevaron al escenario las canciones nuevas. Repiten el 3 de julio.


Por Sebastián Feijoo

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