Según la OMS, la mortalidad materna es la principal causa de fallecimientos en la población femenina en edad reproductiva. La Women Deliver 2010, en Washington, reúne a tres mil representantes de 140 países, en busca de esfuerzos y fondos.
Desde Washington DC
Más de 1500 mujeres y niñas mueren cada día en el mundo como resultado de complicaciones prevenibles que ocurren antes, durante y después del embarazo y del parto, según cálculos de la OMS. A nivel global, la mortalidad materna es la principal causa de fallecimientos en la población femenina en edad reproductiva, entre los 15 y los 44 años. Lo más triste es que se tiene el conocimiento para evitarlas. ¿Sería un tema tan desatendido si fueran un problema de salud que afectara exclusivamente a los varones? Para lograr que los gobiernos –y los grandes donantes– pongan este drama entre sus prioridades y en consecuencia inviertan para revertirlo, comenzará hoy en esta ciudad, la conferencia internacional más grande de la última década sobre salud de las mujeres. Women Deliver 2010 –ése es su nombre– reunirá durante tres días a más de 3000 representantes de unos 140 países, entre líderes globales, activistas, ministros de Salud y de Economía, otros funcionarios, investigadores y primeras damas. Se los verá por los distintos salones del Centro de Convenciones al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, la directora general de la OMS, Margaret Chan, Melinda Gates, esposa del magnate tecnológico, Carmen Barroso, directora regional del Hemisferio Occidental de la Federación Internacional de Planificación Familiar –una de las principales organizaciones internacionales dedicadas a brindar servicios de salud sexual y reproductiva en países en desarrollo–, María Consuelo Mejía, titular de Católicas por el Derecho a Decidir-México, entre tantísimas personalidades. La presencia de Ban Ki-moon junto con las cabezas de cinco agencias de las Naciones Unidos, un hecho sin precedente en una conferencia que no es de la ONU, muestra la envergadura de Women Deliver 2010.
De Argentina, uno de los expositores invitados, el obstetra Fernando Althabe, investigador del Area de Salud Madre y Niño del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, con sede en Buenos Aires, designado por la OMS para dar una actualización de las intervenciones novedosas para reducir la mortalidad materna. Será parte de una mesa redonda que moderada Richard Horton, director de la prestigiosa revista científica The Lancet.
“Las mujeres brindan enormes beneficios sociales y económicos a sus familias, sus comunidades y sus países. Vemos grandes progresos en salud materna en distintos lugares del mundo, pero nuestros líderes necesitan darse cuenta que este tema está en el corazón del de-sarrollo global, del bienestar económico e incluso de la seguridad nacional. Cuando las mujeres sobreviven, sus familias y las sociedades progresan”, advirtió Jill Sheffield, presidenta de Women Deliver, y fundadora de Family Care International, una reconocida ONG que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos.
La elección de la sede, esta bella ciudad que ya transpira al ritmo del inminente verano, representa el regreso de los Estados Unidos en la promoción global de la salud materna y reproductiva, después del oscurantismo de la era Bush, que prohibió los fondos a ONG que brindaran consejería o servicios sobre aborto legal, aún fuera de las fronteras de su país.
“La mortalidad materna es el indicador de salud que más muestra la inequidad entre y dentro de los países. Es tan desigual que hasta contar las muertes y tener buenas estadísticas para medir la magnitud y los cambios a nivel global es bien difícil. Se tienen la mayoría de las intervenciones y el conocimiento para reducirlas Lamentablemente son cuestiones políticas, de fondos, de equidad lo que hace que esta desigualdad se mantenga”, observó en diálogo con este diario el médico rosarino José Belizán, a cargo del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria. Durante la conferencia se hará el lanzamiento de una nueva revista global dirigida a los actores en salud materna y neonatal de los países de bajo y mediano ingreso que será editada en forma conjunta por el IECS, de Argentina, y la Universidad de Aberdeen, Escocia.
“Esta conferencia pretende unir el conocimiento científico y de salud pública con los principales gestores que tienen la posibilidad de influenciar políticas de salud globales y en los países. Abogar para una mejor salud materna y la asignación de recursos y políticas. Además involucra el accionar y empoderamiento de las mujeres para que ellas sean actores principales que orienten las acciones globales, nacionales e individuales”, explicó Belizán, en vísperas del inicio de Women Deliver.
El Instituto Guttmacher, de Nueva York, dedicado a investigar temas de salud sexual y reproductiva, y el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) estiman que si se garantiza el acceso a métodos modernos de anticoncepción se podría prevenir hasta un tercio de las muertes maternas. Los embarazos no deseados que derivan en abortos inseguros son una de las causas principales de las muertes de mujeres por gestación. Actualmente mueren cerca de 70 mil mujeres en el mundo cada año por ese motivo. Se estima que 215 millones de mujeres en el mundo quieren evitar o postergar un embarazo pero no usan métodos contraceptivos eficaces.
En la Argentina el aborto con métodos precarios –a los que son empujadas las mujeres por las restricciones legales– es la causa más recurrente desde hace más de dos décadas. Si bien la Argentina tiene una tasa de fecundidad baja, las mujeres están expuestas a riesgos desproporcionados al quedar embarazadas, destaca un informe del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva, un órgano de investigación que acaba de crearse en el país: en 2008, murieron 40 mujeres cada 100.000 nacidos vivos por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio.
En el mismo período, países como Chile y Uruguay presentaron niveles de 19,8 x 100.000 y 15 x 100.000 NV, respectivamente. Según observa el OSSyR, la razón de mortalidad materna (RMM) en la Argentina resulta alta en relación con otros indicadores de salud reproductiva, como la proporción de partos institucionales, la de partos atendidos por personal calificado y la prevalencia de uso de anticonceptivos, incluso teniendo en cuenta las diferencias regionales.
En el año 2000 los países se comprometieron a reducir la MM que tenían en 1990 en tres cuartas partes para el año 2015. Faltan solo cinco años y al ritmo que se avanza se presume que será uno de los 8 Objetivos del Milenio (que lleva el número 5) que muchos países no lograrán, incluida la Argentina. Una meta de ese compromiso es el acceso universal a la salud reproductiva.
En el nivel global se estimó que es necesario un descenso del 5,5 por ciento anual de la RMM mundial para alcanzar la meta comprometida. Entre 1990 y 2005, ese descenso se ubicó por debajo del 1 por ciento anual.
Ninguna de las regiones alcanzó el ritmo de descenso esperado y la región que estuvo más cerca de cumplirlo fue Asia Oriental (4,2 por ciento). América latina tuvo una reducción del 2,0 por ciento anual, y la RMM regional decreció el 26,3 entre 1990 y 2005, indica un informe del OSSyR. Para que la Argentina cumpla con la meta propuesta para el ODM 5, la RMM debe llegar a 13 x 100.000 nacidos en 2015, con un descenso anual del 5,4 por ciento desde 1990 hasta el final del período acordado. Ese ritmo de descenso ideal hubiera significado que la RMM llegara a 19,2 x 100.000 en 2008. Sin embargo, la razón de ese año fue poco más del doble. Dado el lento ritmo de descenso observado hasta el presente, para alcanzar la meta en el año 2015, ese ritmo debería acelerarse al 14,8 por ciento anual en el período que resta, casi tres veces mayor que el originalmente esperado. De continuar el ritmo de descenso que se viene observando hasta el presente, la RMM para el año 2015 llegará a un nivel de 38,2 x 100.000 NV, 3 veces superior al compromiso asumido por el país, alertó el OSSy R, una iniciativa que llevan adelante el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), el Centro Rosarino de Perinatología y el Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina.
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