lunes, 7 de junio de 2010

REPORTAJE A IVÁN NOBLE


- NiaP: Muchos seguidores tuyos de la época de Caballeros de la quema te acusan de haberte vuelto un careta. ¿A qué crees que se refieren?
- Preguntales a ellos. ¿Qué es ser careta? ¿Hacer una música menos ruidosa? ¿Tomar menos cerveza en las esquinas? Entonces estoy contento de ser careta. Esa fue una combinación de una época revulsiva, donde se estaba cocinando algo que ya tenía mal olor, y yo, un tipo que tenía 20 años y que callejeaba mucho. Y que seguramente tenía más predisposición a ir al choque o que confiaba mucho más que ahora en el poder de insolencia de la música, en el poder contracultural y todas esas cosas en las cuales ya creo poco y nada. Se entiende que un pibe de 20 años se identifique mucho más con el tipo que yo era hace 20 años que con el que soy ahora. Me parece hasta saludable para él, así como es más saludable para mí estar como estoy ahora.


– NiaP: Igual estás cansado de responder esa pregunta eternamente, ¿no?
- A esta altura, hasta por una cuestión generacional me la hacen poco, pero igual me pasa mucho más seguido que se me acercan a hablar pibes que me dicen “yo al principio estaba enojado, pero ahora no”, gente que por ahí creció a la par. Pero también tiene su lógica, es como que me fui de casa, “papá se fue de casa con otra mujer”.


- NiaP: Si se genera algún tipo de nostalgia significa que importaste. Debe ser lindo, ¿o no?
- Sí, a mí me sigue sorprendiendo que esa gente que extraña mucho a Caballeros, ya sabe de Caballeros y gusta de Caballeros mucho más que yo. Ellos son más dueños que yo de eso. Además, la mayoría de los pibes que todavía están enojados nunca vieron a Caballeros en vivo. Porque tienen 20 años. Tal vez tienen los discos de los hermanos mayores. Una vez me pasó una cosa muy sintomática. Después de un recital aparecieron pibes de un foro por la vuelta de Caballeros, al cual yo no les caía muy simpático, por supuesto. Empezaron a caer pibitos de 18 años para ver si había alguna posibilidad de que Caballeros se vuelva a juntar, tipo delegación montonera en Puerta de Hierro. Ninguno había visto a Caballeros en vivo. ¿Cómo van a extrañar algo que no conocen? Quédense con los discos, yo les juré que tal vez era lo mejor que podían hacer. De verdad, es muy difícil estar intentando todo el tiempo conversar con el pasado.


- NiaP: A propósito de eso y entrando en el disco nuevo, “Dicho y hecho”, de Caballeros elegís “Todo tan raro”, “Avanti Morocha” y “Hasta estallar”, ¿Por qué elegiste esos temas?
- Este disco es un prontuario de canciones, pero las versiones originales terminan siendo primas muy lejanas de las versiones que están grabadas ahora. Tiene músicos de jazz, tiene otra impronta. Yo quería que fuera una especie de columna vertebral de las canciones que a mí me parecen las más importantes de mi catálogo. Tenía que haber algo de Caballeros seguro y elegí “Hasta estallar” porque es uno de los temas que más me gusta de Caballeros, “Todo tan raro” porque hace poco lo volví a versionar sólo con la guitarra y es la última canción del último disco de Caballeros, lo cual me parece simbólico; y “Avanti Morocha”, que yo no la quería grabar, pero me insistió mucho Mariano Otero, el productor. Yo dije “bueno pero hagámosla mierda”. Además, esa canción para mí se transformó como en un himno del optimismo y las canciones optimistas me dan un poco de escozor. Entonces quería ponerla en un lugar un poco más íntimo, que para mí tenía al principio. Entonces es una versión grabada con contrabajo y piano nada más.


- NiaP: Siempre hay como una pelea entre el cantante y su gran hit, ¿no?
- A mí no me molesta, pero tampoco creo que sea ni por asomo la mejor canción de Caballeros. Y un poco me cansé de cantarla porque la canté mucho. Pero pasaron once años de la canción y me sigue sorprendiendo lo que le pasa a la gente con ese tema. Tal vez fue una inyección anímica para la gente que estaba en problemas. Yo pensé que iba a ser sólo una canción de identificación rápida de las rubias. Lindas épocas, de cuando se vendían muchísimos discos. Era cuando empezaba la preocupación por la piratería. Imaginate ahora.


- NiaP: ¿Y de “Dicho y hecho” que podés decir? ¿Es un disco jazzero? ¿Qué onda? ¿Te gusta?
-No es un disco de jazz, es un disco que tiene otra impronta. Para que las canciones de verdad tuvieran otra ropa y para que las re -versiones fueran ejercicios casi para empezar de cero la canción, me pareció que era fundamental que el productor del disco y que los músicos no fueran del rock ni del pop. A mí me gusta mucho escuchar jazz. Es casi lo que más escucho, pero obviamente yo no puedo hacerlo. De todas maneras, lo primero que le dije a Mariano fue “ojo, no hagamos un disco de jazz porque sería ridículo”. Es una impronta, una pátina. El disco es en vivo adentro de un estudio de grabación, con 50 personas. Yo me acordaba de los discos de Toquinho y Vinicius de barcitos ¿viste? Y yo lo quería hacer en un bar, pero eso también era complicado por cuestiones técnicas de las cámaras porque además también es un DVD. Y después escuché un disco de “Arnaldo Antunes, ao vivo no estudio”, que es uno de los tipos que más me gusta de la nueva camada brasilera y está grabado en un estudio de grabación. Y así fue.


- NiaP: ¿Tiene el sonido que esperabas?
- No, tiene un sonido un poco más sofisticado de lo que pensé que iba a ser. No por culpa mía, que soy poco sofisticado. Pero sí de los músicos, de la dirección musical, de la ejecución y de los arreglos. Y yo me tuve que subir a esa paleta distinta de colores musicales con mucha prudencia al principio, con miedo y después me terminé de animar. Pero es muy distinto a cantar sobre un paisaje musical de rock o del pop. Tenés que estar mucho más afinado, tener más cuidado. Yo vengo de una escuela de rock básicamente, de una escuela de música más visceral, pero llana.


- NiaP: ¿Qué tiene el DVD?
- Aparte del concierto en sí tiene un documental de 30 minutos que es como la cocina, con entrevistas a Mariano y a mí y back stage. Una de las cosas que más me gusta del documental es esta tensión entré las ganas de ir más allá de lo que yo venía haciendo musicalmente y el miedo que eso me provocaba por la envergadura musical que me parecía que había atrás, por lo tipos que estaban tocando y todo, y las ganas del productor, Mariano, de convencerme y estirar la cuerda. Algún día me gustaría hacer un disco con piano, con contrabajo, un baterista que toque despacito y yo cantando. Ya van a desaparecer las compañías en breve así que voy a poder hacer un disco así, lo colgaré de Internet.


- NiaP: ¿Qué opinas de bajar los discos de Internet? ¿Puteás contra eso?
- Es como putear contra un día nublado. Es un dato de la realidad, un signo de la época. No me enoja en sí. Pero de todos, modos me parece que es una batalla perdida. A mí lo que me enervan un poco son las defensas apasionadas de la piratería hecha por tipos que son millonarios. Para el pibe de Radiohead es muy fácil decir que está de acuerdo con la música de Internet. Pero andá a decirle un pibe que tiene una banda nueva. Los músicos no consideramos más la venta de los discos como fuente de ingresos para el hogar.


- NiaP: Lo bueno es que podés condensar toda la música en el Ipod, cosa que con los discos no.
- Para mí, la cultura del Ipod es más práctica y más eficaz, pero me pregunto si no estará desapareciendo el concepto de álbum porque la gente escucha canciones. Los playlists de la gente son rarísimos. La gente pasa de Arjona a Sabina con una facilidad pasmosa.


- NiaP: Faltan dos meses para que termine la primera década de este siglo y no parece haber pasado nada…
- Para mí también, pero siento que diciéndolo, parezco un viejo choto. En principio no tengo tanto contacto con el rock, pero me parece que hubo una degradación importantísima -de la mano de la prosperidad- como fenómeno de importancia simbólica dentro de lo que es la cultura joven. En determinado momento el rock se transformó en una carrera de caballos entre bandas para ver quién hacía el pogo más grande del mundo y eso fue en detrimento absoluto de la calidad de las canciones, simplemente porque cuando el quid de la cuestión pasa a ser la cosa ritual, se dejan de hacer buenas canciones. Importa lo tribal y eso ya sabemos dónde termina. Es una mirada medio de trazo grueso lo que digo, pero creo que Cromañón no pudo haber pasado en los 80 porque no estaba esa cosa del público tan protagonista, tan parte del asunto. Por eso, y volviendo al principio del todo, tal vez el pibe que pregunta por qué soy tan careta se refiera a que ya no somos iguales.


- NiaP: Capaz las bandas que más éxito tienen ahora de verdad son iguales a la gente que está abajo, ¡porque son malas!
- Es como los globos aerostáticos en los que para subir mucho tenés que tirar lastre. Creo que eso fue como un síntoma. Las bandas que más se elevaban eran las que iban a menos. Bajó tanto el nivel de exigencia y el nivel de flotación que tal vez una canción parezca buena con poco, cuando antes canciones buenas eran “Alicia en el país” o “Seminare” o “Cinema verité” o “Tres agujas”. Ésas eran buenas canciones. Yo siempre digo que hay que revisar mucho los 90 para encontrar canciones que puedan bancarse un mano a mano con canciones que hicieron grande al rock nacional.


- NiaP: Los 90, dentro de todo estuvieron bien. Ahora miramos esos años con cariño…
-Ponele. Está bien. Había buenas intenciones o por lo menos eran bandas apasionadas. Yo, la verdad, cuando quiero escuchar Rock nacional, pongo Serú Girán o Spinetta Jade.


- NiaP: ¿Cuál es la canción de Rock Nacional que te hubiese gustado escribir a vos?
- Promesas sobre el Bidet.


- NiaP: Te gusta mucho Charly.
- Si, bueno, debe tener 15 o 20 imbatibles.


- NiaP: ¿Cuál fue tu primer recital?
- Tenía 14 añitos y fui a ver la presentación de “Kamikaze” en Obras.


- NiaP: ¿Qué quisiste decir con “Tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien”?
- Es un poco cretina, demasiado auto indulgente para mi gusto, pero sí, la escribí yo, me hago cargo. En el mundo tampoco las cosas están bien, ¿por qué las vas a hacer bien vos?


- NiaP: ¿Y cómo ves al mundo ahora? ¿Tenés opinión formada o no?
- En algunas cosas sí y en otras no tanto. Un tema que me alarma es que mucha gente tiene opinión formada sobre muchas cosas. Estoy tratando de ser un poco más prudente con eso porque veo que ésta es una época particularmente esloganística. Cualquiera agarra un slogan que supuestamente es un paraguas teórico de un montón de cosas y en realidad no está diciendo nada. Entonces, habría que intensificar un poco el conocimiento antes de opinar sobre algunas cosas.


- NiaP: ¿No te resulta extraño que el Gobierno sea quien corre por izquierda a los periodistas?
- Yo no creo que un De Vido o un Moreno corran por izquierda a nadie. Pero el peronismo es así, es un movimiento y a los movimientos muchas veces se entra a los codazos. Claramente, lo más interesante que le pasa al país desde siempre es el peronismo con sus bondades y sus maldiciones. Martín Sabbatella es un tipo interesante. Iba al Dorrego como yo y era un año más chico. Pero a los 16 años, cuando todos éramos una bola de hormonas persiguiendo chicas, él se iba a plantar café a Cuba y tenía pelo. Tal vez haya que buscar por ahí. Pero como suelo tener una mirada apocalíptica de las cosas prefiero no opinar mucho. Si soy un amargo hablando de rock… imaginate, parezco El Viejo Hucha. Es complicado entusiasmarse. Además yo pertenezco a una generación que no fue ni la que puso el pecho, ni es la de los pibes 20 que no saben quién es Galtieri ni les interesa. Es una generación complicada la de los 40, está entre la conciencia política y la desazón. Pensá que yo viví con 15 añitos el regreso de la democracia, con 17 el “Felices Pascuas” y con 19 la hiperinflación. Después, toda la década de Menem. Mi generación está en un lugar confuso de desilusión, pero no la desilusión de los tipos de los setenta porque es una desilusión menos comprometida. Terminas más cerca del cinismo que del combate.


- NiaP: ¿A qué le decís ni a palos?
- A la comida macrobiótica

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