Una iniciativa de la cantora Yamila Cafrune. La directora bonaerense de Folclore, Artesanías y Comunidades Originarias lidera un proyecto para que se estudie en las aulas.
Por Julian Velazquez
El artista que se considere popular, una vez que tiene un cachito de fama, tiene que empezar a hacer escuela sobre el escenario", dice Yamila Cafrune, reconocida cantante y actual directora de Folclore, Artesanías y Comunidades Originarias de la Provincia de Buenos Aires. En diálogo con Tiempo Argentino, la hija del célebre Jorge Cafrune reivindica su último y más ambicioso proyecto, “El Folclore va a la Escuela”, que busca fortalecer la identidad nacional en los alumnos del nivel primario mediante el abordaje de cuestiones históricas y culturales.
El proyecto se divide en dos partes. Por un lado, un espectáculo de la cantora y su banda, que expone los ritmos representativos del país región por región, junto a bailarines profesionales que los interpretan. Por el otro, un libro con actividades para que los estudiantes realicen en el aula, que viene acompañado de un CD que reúne todos los temas del espectáculo. Yamila le regaló un ejemplar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuando cantó frente a ella, el año pasado, en la Vuelta de Obligado, con motivo del Día de la Soberanía.
–¿Cuál fue el origen de este ambicioso proyecto?
–Uno siempre lamenta que los chicos no sepan de folclore. En vez de criticar esta situación, nos preguntamos con Esteban (Cruz, su marido) qué podíamos hacer al respecto. Y comenzamos a pensar en un enfoque que se refiriera a las regiones musicales, a las canciones populares, al Bicentenario, y nos pareció que podíamos combinar todo. La idea se fue desarrollando, primero como espectáculo. La primera presentación la realizamos a fines de 2010, en una escuela de Olavarría. Y luego nació la idea de publicar el libro, en el que hay disparadores para fortalecer los valores que queremos inculcarles a los chicos, que se fomentan en las actividades didácticas: el amor a lo nuestro y sobre todo la valorización del ser y la identidad nacionales.
–¿A qué cree que se debió la pérdida de esos valores?
–Se ha dejado de conocer nuestra música. Cuando yo era chiquita, se escuchaba, pero después, cuando tenía 15 años, prácticamente desapareció. Había otros géneros más extendidos, muchos artistas folclóricos a los que ni se los nombraba porque eran catalogados de subversivos. Durante la dictadura hubo canciones prohibidas, como "Zamba de mi Esperanza". Mi viejo estaba prohibido, por esa zamba y por "Luna Cautiva", del Chango Rodríguez. Uno de los versos dice: “De nuevo estoy de vuelta/después de larga ausencia”. En aquella época, esas palabras eran interpretadas como el regreso de los Montoneros.
–Y a todo eso se suma la invasión cultural que padecimos…
–Sí, absolutamente. Y la hemos propiciado nosotros: la gente, en general. Lo folclórico se entiende como algo de los viejos o implica bombachas de gaucho y no es cool. En la radio, escuchás música foránea, y un chamamecito de vez en cuando. Esa música se fue comiendo a la autóctona, y en los chicos esto se ve mucho más. Vos les preguntás cómo se baila algo o qué es un sapucai y no te saben decir. «
Una gira por la provincia
Que el folclore sea una materia obligatoria en las escuelas primarias del país es un proyecto de larga data. Actualmente, la Academia del Folklore de la República Argentina impulsa la iniciativa. Así lo informó su presidente, Antonio Rodríguez Villar. A esta propuesta adhirió, entre otras entidades, la Federación Argentina de Instituciones Folclóricas. Ya están preparando un “borrador” del proyecto, que recorrerá el país para ser analizado por especialistas del folclore. La idea es incluir esta materia en el diseño curricular y presentar un plan de estudio para el Magisterio, lo que deberá ser aprobado por el Congreso.
Por otro lado, “El Folclore va a la Escuela” fue declarado de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Hasta el momento, la gira –que se retomará con el inicio del ciclo lectivo- se viene realizando en la provincia de Buenos Aires y ya la disfrutaron más de 20 mil chicos. Comenzó en Olavarría y visitó Coronel Dorrego, Ayacucho, Tandil, General Lavalle, Miramar, Balcarce, Tornquist, General Las Heras y Cañuelas, entre otras localidades. Además, el año pasado se presentó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. La meta es recorrer todo el país. El espectáculo recibe el apoyo del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, de la Lotería de la Provincia y de cada uno de los municipios que visita, y está auspiciado por la revista El Club del Maestro, que trata temas docentes y pedagógicos.
Fuente: Tiempo Argentino
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