martes, 2 de abril de 2013

LA INCANSABLE LUCHA DE LAS TRABAJADORAS SEXUALES POR HACER VALER SUS DERECHOS

La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina cuenta con filiales en once provincias y tiene 4000 afliliadas.
 
 
La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) comenzó a gestarse en la Ciudad de Buenos Aires en el año 1994. Hasta la fecha ha logrado expandir sus actividades hacia once provincias, contando con 4000 afiliadas en todo el país. El trabajo de AMMAR se basa en la lucha contra la violencia de género, la defensa de los derechos de las mujeres y en la prevención del VIH-sida entre las trabajadoras sexuales, tarea por la cual fue distinguida en Europa entre más de 300 organizaciones de todo el mundo, así como también fue reconocido por la Legislatura porteña como uno de los sindicatos que mejor ha tratado la problemática de esta enfermedad.
Jorgelina Sosa, secretaria general de la Asociación en Capital Federal y secretaria de Género de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA), recuerda esos años: "AMMAR se organiza a partir de la necesidad de hacer algo frente a la represión policial de la que éramos víctimas las compañeras que trabajábamos en la calle. En la época de los edictos policiales en la Ciudad nosotras éramos noche a noche arrestadas por 21 días."
El desconocimiento de sus derechos les impedía poder hacer reclamos frente a estos avasallamientos de las libertades. "Muchas nos conocíamos de estar detenidas en el Departamento de Policía, allí nos destinaban a todas. Nos íbamos reconociendo, no por la zona donde trabajábamos, sino por el número de comisaría que nos había arrestado, así que una terminaba diciendo soy fulanita de la 20, fulanita de la 16", comenta Sosa.
Por medio de unas trabajadoras del barrio porteño de Constitución que se conectaron con dos antropólogas, estas mujeres comenzaron a organizarse. Los primeros pasos fueron la participación en talleres sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual. A este grupo se sumó una abogada. "Se corrió la voz entre las chicas y nos reunimos para asesorarnos sobre cuáles eran nuestros derechos. Nos juntábamos en bares, pero de allí también éramos sacadas por la policía", agrega la dirigente.
Gracias a las gestiones de la actual secretaria general de la entidad, Elena Reynaga, se consiguió un espacio físico en la sede de la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA). "Empezamos a sentirnos más protegidas, nos conectamos con diferentes organizaciones sociales y pusimos en el tapete nuestras problemáticas", resalta Sosa. "Nos dimos cuenta que también nuestras inquietudes estaban atravesadas por lo político así que nos acercamos a los legisladores porteños, necesitábamos propuestas, pero no sabíamos redactarlas, con ayuda de algunos compañeros pudimos elevarlas y visibilizarnos en el terreno político", agrega.
En 1997 se formaron 24 trabajadoras en el marco del Proyecto Nacional de Lucha Contra el Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (LUSIDA), para muchas de ellas era la primera vez que recibían un diploma. "La experiencia que nos dejó trabajar bajo el programa de prevención de enfermedades nos llevó a trasladarlo a otras provincias, y a hacernos eco de las necesidades de las compañeras del interior. Nosotras conocemos la realidad de los barrios porque estamos en algunos de ellos dando talleres, no sólo de salud y prevención, sino también sobre violencia de género y sobre los derechos de las mujeres", señala la gremialista.
Por su parte, al ser consultada sobre la posibilidad de la instalación de zonas rojas en la Ciudad de Buenos Aires la dirigente es tajante: "El macrismo ha hecho todo lo posible para que le avalen las zonas rojas, dice Sosa, son lugares que se van a convertir en guetos y en tierra de nadie, donde va a reinar la explotación y la inseguridad para todas y todos los que trabajen allí."
Por último, señala: "Hasta el día de hoy a muchas de las chicas no toman la dimensión de los avances y reconocimientos, que se han logrado a través de la militancia y la participación."<
 
Fuente: Tiempo Argentino.

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